Es un castillo muy grande, yo me hice con la entrada que incluye visitar el castillo, los jardines y el museo del caballo, todo ello sumaba 20€. Es un poco más caro que visitar el Palacio de Versalles pero vale la pena.
El castillo es enorme y muy bonito. Me enamoré de la biblioteca y el artesonado de madera de los techos. Los jardines también son una maravilla, aunque por desgracia el día que fui llovió y no pude sacar fotos.
Salimos a comer a un restaurante que se encuentra en el pueblo, pero de ello ya os hablaré en otro post dedicado a recomendaciones culinarias. Sólo puedo decir que se come muy muy bien y la relación calidad/precio es muy buena.
Para concluir la visita nos acercamos al museo del caballo. Qué os voy a decir yo, que mi pasión son los equinos... ¡Qué disfruté mucho!
La visita la recomiendo al 100%, es un plan ideal para pasar el día y disfrutar de los paisajes, la arquitectura y los caballos. Aparte de comer bien y cambiar de aires.
Aquí os dejo algunas imágenes.