Inspirado en el baile de máscaras que hiciera Truman Capote con motivo de sus 50 años, Javier replicó a modo de homenaje la invitación y hasta el menú de la fiesta -delicias todas a cargo de los Petersen-.
La locación elegida no podría haber sido mejor, el esplendor del Palacio Sans Souci estuvo a la altura del evento embellecido aún más con la decoración a cargo de Javier y equipo.
Al llegar, todo el mundo esperaba pacientemente en fila para felicitar a Javier quién disponía de varios fotógrafos para registar el saludo con cada invitad@ frente a una impresionante pared de rosas y camelias de papel.
Al llegar, una música que remitía a los años 50/60´s acompañaba el clima de este
Masquerade ball haciéndonos sentir parte de un momento único e irrepetible. Y cuando comenzó el dancing, nadie se quedó fuera de la pista que vibró al ritmo de los DJs Puli Demaría y Chule Bernardo.Con mi amiga Pili no paramos ni un minuto; bailamos y disfrutamos de las instalaciones del palacio y de la calidez del anfitrión hasta bien entrada la madrugada.
Y así pasó una noche mágica de la que todo Buenos Aires quiso participar y 500 invitad@s pudimos disfrutar. En los días subsiguientes, en cada evento que nos cruzábamos con alguno de los presentes en la fiesta, el comentario era el mismo: "qué increíble estuvo este cumpleaños". Creo que la buena energía y el cumplimiento a rajatabla de las premisas -traje de gala, blanco y negro + rigurosa máscara- por parte de tod@s se debe a la calidez y don de gentes de Javier, un justo merecedor de todo lo que recibe. Durante la fiesta fui compartiendo videítos en las stories de Instagram y varias personas me pedían más detalles y momentos. Así que para ell@s especialmente va el post, espero que les haya gustado esta review del festejo. Aguardo sus comentarios y opiniones, como siempre. Buen comienzo de semana!