La balanitis es la inflamación del glande, la parte final del pene y cuando la hinchazón afecta también al prepucio se denomina balanopostitis; con frecuencia ambas inflamaciones se dan conjuntamente. Se trata de una condición bastante frecuente en los hombres de todas las edades, de hecho, constituye el 10 u 11% de las afecciones genitourinarias en los varones. Puede estar ocasionada por diversas causas, tal y como veremos a continuación, y en función de la misma deberá establecerse un tratamiento médico u otro. Por ello, conviene estar atento a los síntomas y acudir al médico o urólogo para someterse a las pruebas oportunas e iniciar el tratamiento adecuado en cada caso.
Causas y tipos de balanitis
Como ya hemos adelantado, la inflamación del glande puede estar provocada por distintas causas, aunque entre todas ellas, las más comunes son una escasa o deficiente higiene de la zona genital y el uso de jabones, productos de higiene íntima o preservativos que resultan irritantes para la piel del pene debido a las sustancias químicas que contienen. No obstante, además de estas, otras de las posibles causas de la balanitis son las siguientes:
- Infecciones por hongos, como la que puede causar la levadura candida albicans. En este caso, la balanitis se denomina balanitis candidiásica.
- Infecciones bacterianas: sífilis, vaginalis, T.vaginalis, Streptococcus grupo A, Staphylococcus aureus.
- Infecciones por virus, como la que puede originar el Virus del Papiloma Humano (VPH) o el virus del herpes.
- Afecciones dermatológicas, como la psoriasis, el liquen escleroso, el pénfigo, la balanitis de Zoon, la balanitis circinada, enfermedad de Bowen o eritroplasia de Queyrat (carcinomas escamocelulares in situ).
- Traumatismos o golpes en la zona genital.
- Consumo o uso de algunos fármacos.
- Patologías sistémicas, como la diabetes o el VIH.
Síntomas de la balanitis
Los signos y síntomas de balanitis pueden variar considerablemente de un varón a otro en función de cuál sea el origen de la inflamación, pero por lo general cuando se padece esta condición se suelen presentar manifestaciones como:
- Prepucio y glande enrojecidos, irritados e inflamados.
- Molestias, dolores y escozor en el prepucio y en el glande.
- Erupciones en el glande o aparición de llagas rojas.
- Secreciones anormales del pene, supuración de líquido blanquecino y con mal olor.
- Molestias al orinar.
- Dificultad o incapacidad en el momento de retraer el prepucio.
Diagnóstico de la balanitis
En primer lugar, para diagnosticar la balanitis y su causa, el médico o urólogo llevará a cabo una evaluación de los síntomas que presente el paciente y una exploración física de la zona genital. Además, se pueden realizar análisis de orina y sangre y un frotis balanoprepucial para comprobar si se sufre de alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Solo en aquellos casos en los que el especialista tenga dudas sobre el origen tumoral de las lesiones en la zona explorada, se realizará una biopsia cutánea bajo anestesia local.
Tratamiento de la balanitis
El tratamiento de la balanitis dependerá en cada caso del factor o afección que esté causando la inflamación e irritación del glande.
Cuando la balanitis está causada por infecciones micóticas, se recetan la aplicación de cremas antifúngicas que ayuden a frenar el crecimiento excesivo y la proliferación del hongo responsable de la infección. Así mismo, si la balanitis es consecuencia de una infección bacteriana, se recomendará el uso de pastillas o cremas antibióticas, las cuales se seleccionarán en función de cuál sea el germen causante.
Por otro lado, si la inflamación del glande se debe a algún tipo de afección cutánea o dermatológica, el facultativo puede recetar el uso de cremas esteroides para aliviar y reducir los síntomas.
En algunos casos de mayor gravedad, la circuncisión puede ser la mejor opción, especialmente en aquellos hombres que no pueden retraer su prepucio para limpiar correctamente.
Además del tratamiento indicado para cada caso, es muy importante extremar las medidas de higiene íntima. Se suele recomendar un lavado de la zona genital con agua tibia o empleando un suero fisiológico unas dos veces al día y evitar el uso de jabones, productos de higiene o sustancias que puedan agravar la irritación del glande mientras se encuentre inflamado. Para hacer una limpieza adecuada de la zona, se debe retraer el prepucio para poder limpiar bien el glande y evitar que se acumulen restos de suciedad y orina en él y en el frenillo. Seguidamente, se debe secar la zona suavemente con una toalla limpia. Los lavados excesivos o muy bruscos tampoco son recomendables, ya que podrían causar más irritación y empeorar las lesiones.
Como tratamiento natural de la balanitis, pueden resultar muy aliviadores los lavados de la zona genital con infusiones de manzanilla o con una mezcla de agua y vinagre de manzana. Estos remedios naturales son excelentes para calmar la irritación, la picazón, el escozor y demás síntomas de la balanitis.
Cómo prevenir la balanitis
Para prevenir la balanitis, básicamente se deben tener en cuenta siguientes recomendaciones:
- Mantener una buena higiene de la zona genital, utilizando jabones específicos y hipoalergénicos para esta área, y procurando limpiar muy bien todo el glande.
- Evitar el uso de jabones, detergentes, perfumes íntimos irritantes y agresivos.
- Procurar que la zona genital se mantenga seca y no esté húmeda.
- Utilizar preservativo en todas las relaciones sexuales, ya sean vaginales, anales u orales.
- Evitar las prácticas sexuales de alto riesgo.
- Suspender las relaciones sexuales temporalmente en caso de que exista algún tipo de infección para evitar un posible contagio.