Bankia, una feria de sinvergüenzas

Publicado el 18 mayo 2012 por Joaquim


Una clienta de Bankia se coló ayer entre los periodistas que aguardaban en la calle al ministro Montoro, y le interpeló con evidente nerviosismo acerca del futuro de sus ahorros. Se trata de una escena espeluznante, en la que se contiene toda la angustia no solo de los clientes de esa entidad bancaria sino de todos  los ciudadanos españoles que tienen colocado el magro excedente de sus salarios o pensiones en ese inmenso agujero lleno de mierda gestionado por irresponsables cuando no delincuentes que ha resultado ser el sistema bancario español.
Montoro intentó mantener la calma y convencer a la mujer de que su dinero está seguro y de que todo está bajo control. Al parecer las palabras del ministro en vez de serenar a la ciudadana la pusieron más nerviosa, por aquello de que cuando un neoliberal ortodoxo te promete que tu dinero está seguro lo que en realidad te está diciendo es que no tiene ni idea de adónde ha ido a parar. Tanto es así que la pobre mujer acabó gritando lo que amenaza con convertirse en eslogan para las próximas manifestaciones de afectados: ¡Como me quiten el dinero, mato a alguien!. Razones le sobran para la indignación.
Y es que el sistema bancario español es una vergüenza, cuyos responsables deberían purgar en la cárcel por muchos años. O al menos, ver sus fotografías en webs de delación pública al estilo de la que la policía autonómica catalana ha dedicado a los presuntos revoltosos callejeros. Sin ir más lejos hoy sabemos que Bankia ha perdido la mitad de su capitalización desde que salió a Bolsa ¡hace solo diez meses!. Cuando se produjo la conversión de Caja Madrid en banco y la puesta en venta de sus acciones en Bolsa, hasta el imbécil menos ilustrado sabía que la operación estaba destinada al fracaso: ¿quién sería el gilipollas que se "hiciera banquero" según proponía la publicidad de Bankia, comprando acciones de una entidad a la que se sabía metida en muy serios problemas financieros, en medio de una tormenta salvaje zarandeando el Casino Bursátil Mundial desde al menos de 2008, con los bancos españoles sometidos a "pruebas de esfuerzo" realizadas por las instituciones europeas (con resultados catastróficos, por cierto, negados en nombre del patriotismo español)? Al parecer, Rato y compañía creían en la existencia de esa clase de inversores descerebrados, o fingieron creerlo en su huída hacia ninguna parte. Un resultadod e la operación fue, como era esperable, un enorme fiasco.
Privatizar las cajas españolas y convertirlas en bancos para sacar a Bolsa los fondos que atesoraban fue una repugnante maniobra del puñado de bandidos que manejan las finanzas españolas, cuyo  objetivo palmario era hacerse con el último dinero "limpio" que quedaba en el país, esos ahorros generados por el esfuerzo diario de millones de ciudadanos sin tacha a lo largo de sus vidas, ya que el gran dinero, el dinero "bueno" de los ricos, está bien escondido en  paraísos fiscales, y lo que atesoran los bancos en sus bóvedas es solo basura procedente del ladrillo tóxico. En realidad toda la vida económica española ha sufrido una devaluación brutal en estos últimos años, incluido el conjunto de la banca española, cuyo valor real es hoy el mismo de 1997. Quince años de actividad económica y financiera se han evaporado en la nada; este es fruto final del famoso "milagro español" de la época del gobierno Aznar (1996-2004).
Al fondo de todo este desmadre, el Banco de España, pilotado por un bocazas que cerraba los ojos a desfalcos, fraudes, chorizadas y enjuagues de toda clase organizados en comandita por la banca privada y el ladrillo corruptor, mientras exigía que se erradicara de los convenios colectivos las cláusulas de revisión salarial al alza ligadas al IPC, que se rebajaran los sueldos de los trabajadores en general y desapareciera la revalorización automática anual de las pensiones. El gobernador del Banco de España tampoco dijo nunca ni una palabra sobre el saqueo al que el Partido Popular ha sometido durante años las cajas que controla políticamente, actividad de la cual entre muchos otros hay dos ejemplos cegadores, cuales son Caja Madrid y la CAM alicantina, cuyos fondos han servido durante décadas para financiar al PP y engordar los bolsillos de sus dirigentes más corruptos, en tramas que se extienden por todas las Administraciones públicas controladas por ese partido, pero singularmente por las comunidades autonómas de Madrid, Valencia, Baleares y Galicia.
 Hace bien esa señora en preocuparse por sus ahorros, especialmente cuando alguien como Cristóbal Montoro le responde que "todo está controlado".
En la imagen que ilustra el post, Rodrigo Rato toca la campana, en gesto ñoñamente calcado de Wall Street, el día en el que Bankia salió a Bolsa en Madrid.