Barcelona: Rojo Rojo, en la Galería Miscelanea

Por Bill Jimenez @billjimenez

Hacía algunos meses que no me dejaba caer por Miscelanea, tantos que ni recordaba su ubicación en la pequeña pero siempre viva calle Guardia. Pero, tras varias vueltas y recordar que también tengo una cita pendiente con la programación del cercano Arts Santa Mònica, me planté ante la remozada entrada de la sala dispuesto a confirmar que Rojo Rojo, su propuesta para este diciembre, hace honor a su título, las fechas en las que se ubica (Navidad y sus colectivas) y los artistas reunidos para la ocasión, cinco artistas emblemáticos tanto de la galería como en la escena artística local (algunos más que reseñados en este blog por su talento y lo meteórico de su éxito). Pero, más allá de sus virtudes técnicas, Rojo Rojo destaca por ser una colectiva de diálogos: de la comunicación de estos cinco artistas (Berto Martínez, Conrad Roset, Chamo San, Guim Tió y Paula Bonet) con sus cinco referentes (Anjo Bolarda, Charmaine Oliva, João Ruas, Ricardo Cavolo y Mariana, a miserável); del referente con el seguidor (aunque en algunos casos se suceda ese fenómeno tan natural del discípulo que supera al maestro); y del público con los artistas (que, más allá de disfrutar con las obras, también gusta de las comparaciones, saludables y odiosas). Al margen queda la cromática naturaleza de la muestra, quizá el único punto enclenque, donde el rojo protagonista en ocasiones resulta circunstancial, en otras inocente y, en la mayoría de casos, supone un mero recurso estético. Eso no quita que Rojo Rojo recorra derroteros solventes y se convierta en una exposición de rápida digestión y mejor regusto.