Desde hace una buena temporada, he sustituido las tartas de queso propiamente dichas por los cheesecakes en forma de barritas. Y es que me parece una manera genial de comer estos cremosos pasteles.
¿Los motivos?
En primer lugar, evitamos cortar raciones demasiado grandes o excesivamente pequeñas, así como el temido "igualado" (ejem), es decir, ese fatídico momento en que, una vez que has terminado con tu ración, te dices: "y ahora corto un poquito más, y así igualo ese lado que parece un poco torcido, y ya que estoy corto un poco más de este otro lado..." hasta que acaba quedando un mísero pedacito que una se acaba comiendo porque piensa: "total, si ya me he comido media tarta, qué más da un trocito más".
Y, por otro lado, porque son mucho más sencillas y cómodas de transportar que una tarta , sin riesgo además de que se chafe por el camino o, algo peor, ¡¡¡que se caiga al suelo!!!
Asimismo, es una forma ideal para compartirlas.
Las últimas que he horneado son estas que veis en las fotos: de cinnamon roll cheesecake, es decir, inspiradas en el sabor de las tartas de queso ¡¡de rollos de canela!!
INGREDIENTES
- Para la base:
- 24 galletas María
- 4 cucharadas de azúcar
- 100g de margarina fundida
- 1 cucharada de canela en polvo