Lo natural, como forma de vida, se abre paso con fuerza en muchos ámbitos de nuestra existencia. Cada día intentamos comer de la forma más sana posible, a base de ingredientes saludables y productos sin procesar; nosotras mismas devoramos las etiquetas a la hora de hacer nuestras compras en el supermercado. Lo mismo ocurre con la cosmética, los productos veganos son los que hace tiempo nos interesan. La ropa es cada día más sostenible y no solo eso, nuestros hijos son asiduos de Vinted y otras plataformas con las que compran y venden de segunda mano, siendo raro el día que no tenemos que imprimirles alguna etiqueta para sus pedidos (pequeñas licencias que nos tomamos en la oficina...). En todo este entorno, la decoración, como no podía ser de otro modo, apuesta por una vuelta a los materiales y colores que la misma naturaleza proporciona; madera, barro, algodón... lucen en sus versiones más originales, casi sin adulterar, creando un estilo muy natural que busca volver a lo esencial... Y aunque nuestros estilos no son tan depurados, sí que nos han entrado ganas de adoptar algunas de sus tendencias... Por eso, hemos rescatado del altillo unos jarrones de barro que antaño decoraron uno de nuestros primeros hogares, y que hoy vuelven con fuerza para algo más, esperamos, que una moda pasajera...
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Sin duda, esta tendencia natural va íntimamente ligada a ese vivir más despacio que comentábamos la semana pasada... ¿No os parece?