Cada dia que pasa estoy más convencida de que los libros son una puerta abierta a otros mundos, una ventana a la imaginación; leer me permite creer por un instante que la fantasía es una realidad e incluso que la realidad se convierte en una fantasía, dejo volar mi mente y procuro que las palabras impresas por otras personas hacerlas mías y permitir que las letras se liberen dibujando una y mil imágenes, únicas, irrepetibles, mágicas…..
De pronto poder encontrarme en otros mundos, en otros paises, en otras historias y vivencias, en otra “cabeza” o en otra dimensión. Los libros a veces me hacen reír, llorar, emocionarme; me sensibilizan y desde mi más tierna infancia me han permitido descubrir otras culturas e incluso vivir mil y una aventuras.
Esos libros que guardo celosamente en mi biblioteca, que acaricio y releo una y otra vez….libros que nos enriquecen, nos dan vocabulario, nos permiten aprender, descubrir, soñar e incluso, casi sin darnos cuenta, despiertan nuestros sentidos.El legado que nos dejan los libros es invaluable.
Los libros junto con la mar son mis grandes hobbies y entre ellos no podía faltar los de cocina y gastronomía, que van ocupando los huecos y espacio de mi cocina real…..son “mi pequeño tesoro”.
En ellos, encuentro un camino para seguir aprendiendo y disfrutando de la cocina, recetas orientales, pasteles, panes, recetas de grandes maestros cocineros, geniales “chefs” que generosamente comparten sus platos…..con ellos, puedo incluso oler aromas, saborear y deleitarme con ésas recetas que me van detallando abriendo con finos trazos los fogones de sus cocinas.
Y en Mi Cocina, como suelo repetir…una cocina ante todo muy malagueña, desde hace cinco o seis años, ocupan un lugar especial la colección La Cocina malagueña, escrita por D. Fernando Rueda Garcia.
Hay un dicho que nos indica que “Los libros mantienen nuestras emociones vivas”….y los libros del profesor tienen un don especial….mantener viva la tradición, la cocina popular, la gastronomía típica y tópica de mi querida Málaga…..de mi tierra, por la que siento debilidad y por qué no decirlo: también pasión.
Licenciado en Filosofía y Letras por las Universidades de Málaga y Granada en la especialidad de Geografía e Historia; profesor de Historia e Historia del Arte desde el año 1979 en el Colegio San Estanislao de Kostka del Palo (barriada malagueña donde nací), miembro de la Comisión Andaluza de Etnología y Antropología, escritor e investigador incansable de la cocina malagueña ha recorrido la geografía de la provincia investigando, escribiendo la historia desde sus orígenes gastronómicos, recuperando guisos y recetas propias de cada rincón, de cada pueblo, de cada zona, dando como resultado su gran obra, más de 36 libros publicados sobre gastronomía de Málaga.
No hay un sólo evento gastronómico en Málaga que no cuente con su presencia. En ésta ocasión compartiendo escenario en una ponencia con mi admirado Dani Garcia (Chef malagueño con dos estrellas Michelin)
En ellos nos invita a viajar por los valles, por la serranía malacitana, por sus pueblos y como no por ésta Costa del Sol, mediante un recorrido que tiene lugar tanto en el tiempo, mostrando a sus lectores la huella de las diferentes culturas que han vivido y dejado huella (musulmana, judía, cristiana) de la provincia de Málaga, relacionando la cocina con los distintos medios naturales o lugar donde se desarrolla, dando a conocer la riqueza gastronómica de la provincia.
Para ello, D. Fernando Rueda ha recorrido su geografía recuperando guisos y recetas propios de cada rincón, de cada pueblo. El resultado de su legado, además de un espléndido recetario, unido estrechamente a la historia, libros en el que priman la sencillez y la hábil utilización de los recursos naturales del entorno, una oda, un canto a la imaginación y a la sabiduría popular, que deleita no solo con recetas, sino con sabiduría, con dichos y leyendas e refranes que han surgido alrededor de los propios fogones.
Hoy, con ésta receta, Baticate, le rindo al profesor, a éste malagueño ilustre, mi pequeño homenaje en el blog, en Mi Cocina….gracias a él, he podido conocer el origen de éste delicioso “batido” preparado con aguacates de La Axarquia, que yo, como buena malagueña, exagerada, lo he preparado mucho más consistente….
Según cuenta D.Fernando en el tomo número 2 de “La Cocina malagueña”, el “Baticate” lo inventaron en el Bar Los Pepes, en Benarmagosaprecioso pueblo axárquico. Un paraiso para los frutos de origen tropical, como el aguacate, donde su producción es realmente espectacular y de una calidad excepcional.
El nombre es fácil de comprobar que tiene su origen en “batido” y “aguacate, la unión de “bati” de batido y “cate” de aguacate. Nombre que para tal y como yo he preparado, debería de llamar “Cremacate” por la textura con la que lo he preparado, para comer con cuchara y no lo suficientemente liquido como para poder beberlo, tal y como es la receta originalmente.
No sabría decir si es un postre, aperitivo, plato único, merienda…o para desayuno.Juzguen Vds.; sí les puedo asegurar que es sorprendente y sencillamente delicioso. ¿Se animan a probarlo?
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para una persona:
Los pasos a seguir:
Partir el aguacate por la mitad y sacar la pulpa con una cuchara.
Echar en un vaso de batidora la pulpa del aguacate, la canela en polvo, el azúcar y la leche, triturando hasta obtener una crema homogénea. (Si se quiere obtener un batido es cuestión de añadir más cantidad de leche y azúcar al gusto).
Presentar en copa espolvoreando con canela en polvo y la canela en rama.
Disfruten de Málaga, de sus paisajes, de su historia, de su luz y su Sol,de su gastronomía….y de los libros de la gastronomia malacitana del gran escritor, historiador, profesor e insigne malagueño Fernando Rueda Garcia.