El batido de fresa es un clásico que no falta en ningún supermercado y todas las marcas venden su versión para atraer a los más pequeños a la hora del desayuno o la merienda. Pero los batidos de supermercado normalmente van cargados de azúcares y aditivos químicos que hacen más mal que bien a nuestro cuerpo, dejando los beneficios de la fruta a un lado. Hacer los batidos en casa es la mejor opción para aprovechar al máximo las propiedades de la fruta a la vez que disfrutamos del sabor original y controlamos qué comemos.
Este batido lo preparé el otro día para desayunar y aunque normalmente me gusta empezar el día con algo sólido y más consistente tengo que reconocer que este batido me mantuvo saciada toda la mañana y no me quedé con hambre para nada. El hecho de que lleve copos de avena, leche y fruta hace de este batido de fresas y arándanos un desayuno completo y energético aunque depende del hambre que tengamos o lo ajetreada que se nos presente la mañana también podemos acompañarlo de algo más.
Desayunar un batido es la manera ideal de empezar el día con energía cuando no tenemos tiempo de preparar algo más elaborado pero queremos asegurarnos nuestro aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes. También es una buena idea para merendar o tomar a media mañana y es la forma ideal de incluir fruta en nuestra dieta si no nos gusta demasiado (aunque no sea mi caso :P).
Yo he usado leche de avena pero podéis usar vuestra leche favorita y modificar las cantidades a vuestro gusto para que predomine el sabor que más os guste. Las cantidades que yo he usado son un poco a ojo con lo que tenía en la nevera.
Ingredientes:
- 1/4 de taza o 25 gr de copos de avena
- Fresas (unas 10)
- Un puñado de arándanos
- Leche de avena
- Agua
Instrucciones:
Lavamos y cortamos las fresas.
En un bol mezclamos las fresas, los arándanos y los copos de avena. Añadimos leche de avena y/o agua al gusto y trituramos con una batidora. Agregamos más leche y/o agua hasta conseguir la textura que nos guste.
¡Listo!