Ha tenido durante mucho tiempo una gran difusión, extendiéndose al resto del mundo y recibiendo a comienzos del siglo XIX el nombre de bavaroise en honor a la visita de un distinguido bávaro de la casa real europea de los Wittelsbach.
Evidentemente no es un flan, tampoco es una mousse, pero si un postre cremoso con una textura ligera, esponjosa y suave. Se elabora con nata montada, gelatina y crema inglesa, adquiriendo una consistencia exquisita al paladar y haciendo de él un postre perfecto para servir al final de cualquier almuerzo.
Ingredientes:
- Crema inglesa ( 3 yemas, 130 grs de azúcar, 400 mlts de leche, 1/2 cucharadita de vainilla).
- 500 de fresas.
- 500 mls de nata.
- 100 grs de azúcar.
- 9 hojas de gelatina.
Preparación:
- Comenzamos desponjando a las fresas del rabito, las lavamos y las picamos menudas.
- Las pasamos por la batidora hasta conseguir una salsa, la colamos para descartar las semillas de las fresas y reservamos.
- En un bol batimos las yemas con el azúcar con ayuda de unas varillas de mano, hasta que tengamos una mezcla homogénea, unos 2 o 3 minutos.
- Ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría.
- Vertemos la leche en un cazo y la llevamos a ebulliciòn.
- Esta leche se la vamos ir añadiendo caliente a la mezcla de yemas y azúcar en forma de hilo y mezclando siempre con las varillas.
- Colamos la mezcla y la llevamos nuevamente al fuego, removiendo continuadamente hasta que espese y sin dejar que hierva.
- La apartamos del fuego y agregamos la gelatina bien escurrida. Mezclamos y dejamos que enfríe un poco.
- Le unimos la salsa de las fresas, volvemos a mezclar y reservamos.
- Montamos la nata con el azúcar y las vamos ir añadiendo a la mezcla anterior, poco a poco y con movimientos envolventes.
- Vertemos la crema resultante en un molde de silicona, con agujero central.
- Metemos en la nevera hasta que cuaje completamente.
- Para desmoldarlo sin problemas, sumerguirlo en agua caliente unos instantes. Ojo con pasaros ya que se derrite.