Ayer la compañía farmacéutica alemana Bayer celebró el centenario de su presencia en Portugal con una recepción en el Tivoli, un hotel de 5 estrellas en Lisboa. Existe una organización, de la que hemos escrito alguna vez, que ha seguido las actividades de Bayer durante 30 años. Se llama Coalición Contra los Peligros de Bayer. Está formada por científicos, químicos, farmacéuticos, pediatras, historiadores, biólogos e incluso algún parlamentario alemán. Tiene contactos por todo el mundo. Los conocí cuando escribía mi primer libro, Traficantes de salud (en la que aparece con profusión) y desde entonces de manera puntual me cuentan cosas.
Philipp Mimkes miembro del Consejo de Coordinación de la Coalición, me recuerda que la participación de Bayer en prácticas corruptas de la industria farmacéutica en Portugal nunca se ha investigado de manera adecuada. Me recuerda algo que yo conocí por teceros hace años. En 1997, el ex empleado de Bayer Alfredo Pequito denunció ante la Justicia la corrupción de médicos portugueses al recetar medicamentos a cambio de “congresos turísticos” y otros regalos de los laboratorios. Pequito recogió alrededor de 2.500 nombres de médicos que habían recibido regalos de lujo a cambio de recetas. Bayer se sometieron a exámenes médicos, sin ningún tipo de ética Portugal, y algunos murieron. La Inspección General de Salud del país vecino descubrió más tarde que, por ejemplo, en 1997, Bayer Portugal invirtió entre el 5 y el 10% de sus ganancias en esas actividades. Lo que me parece poco pues como se ha publicado hace poco hoy entre un 30% y un 40% del gasto medio de los laboratorios se destina a la promoción comercial, entre cuyas partidas está la de la red de Ventas.
En el año 2000 Pequito escapó por poco de un atentado contra su vida poco antes de dar testimonio contra de su antiguo empleador. En 2006 el semanario Expresso informó que ocho voluntarios murieron en un ensayo realizado por Bayer sobre el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Las pruebas fueron suspendidas y el producto nunca fue lanzado. Bayer nunca ha sido acusada en Portugal de corrupción de la profesión médica o de llevar a cabo exámenes médicos sin ningún tipo de ética. Sin embargo, en 2005, el gobernador antimonopolio multó a cinco grandes empresas farmacéuticas, entre ellas Bayer, a pagar 16 millones de euros por haber conformado con las otras un cartel de precios, fijar el mismo precio para el mismo producto fabricado por varias compañías con tal de eliminar la competencia.
Cuenta Mimkes que Bayer ha sido representado durante sus problemas en Portugal por un bufete de abogados muy conocido en Londres -Jardín, Sampaio, Caldas e Associados- que han ocupado, respectivamente, el Ministerio de Justicia, la Presidencia de la República y el Ministerio de Defensa, ni más ni menos. Parece que la firma está muy buen relacionada en Portugal y quizá eso la haya protegido ante la Justicia.
Años después Pequito insistiría y denunciaría la corrupción de Bayer en una asamblea general de accionistas. No sé si le hicieron mucho caso.