A estas horas ya os habréis enterado de la noticia (del año?): Will y Kate están esperando un bebé. Sangre fresca para la realeza inglesa en un momento en el que se están recuperando de su mala fama gracias a esa muchacha llamada Kate Middleton (tal vez el trasero de Pippa haya ayudado, pero tampoco vamos a quitarle el mérito a la que será reina de los ingleses, que tampoco tiene -teóricamente- otra cosa que hacer como tal) y ya puedo decirlo: ¿soy yo o no hay más que bebés por todas partes? Donde trabajo hay una compañera que está embarazada (su tripa crece a una velocidad casi alarmante semana a semana) y entre regalos y decisiones de si epidural sí o no, no hay descanso.
Todo hay que decirlo, soy de esas que se meten en la sección 0-3 años de Zara y no saldría nunca. En mi familia tuvieron no hace mucho en bebé (el ojito derecho de todos, hay que decirlo) y fue una gran noticia, llevábamos diecisiete años sin sangre fresca (y nos teníamos todos muy vistos ya). ¿Será que todas sentimos la llamada al mismo tiempo? No solo hubo un baby boom el año pasado en el mundo de las celebrities, la cosa parece que continúa: Gisele Bundchen, Adriana Lima y Lily Allen (2º), Camila Alves (3º) o Claire Danes (1º). Aunque yo sigo pensando que los bebés más monos del panorama siguen siendo los mismos: Flynn Bloom (Miranda Kerr), Nahla Aubry (Halle Berry) y Luca Comrie (Hilary Duff)
No lo sé, la verdad. Solo sé que ayer acabé viendo Qué esperar cuando estás esperando y me reí, no solo porque tranquilamente nos ofreceríamos voluntarias para que Joe Manganiello (True Blood) o Chace Crawford (Gossip Girl) fueran futuros padres; sino porque Elizabeth Banks (increíble) y Rebel Wilson les roban el protagonismo al resto (Cameron Díaz, Jennifer Lopez o Dennis Quaid están en el reparto). Estas dos se merecen un Oscar ya (sobre todo la última).Lo sé, creo que tengo un problema.