Begin again no es una película perfecta ni tampoco una obra maestra, pero a buen seguro se va a quedar en nuestrossubconsciente como lo hizo Once, porque la vida retratada a través de la música tiene un poder infinito. De ahí, que haya de concederle a John Carney, de nuevo, el beneficio de la duda, pues son muchos los aciertos que ha conseguido a la hora de crear este film. El primero de ellos, sin duda, es esa forma de iniciar la historia a través de los diferentes puntos de vista de los protagonistas. Ese discurso narrativo que, como un rompecabezas, nos permite vivir la misma secuencia desde diferentes puntos de vista es todo un acierto, pues la capacidad de los recuerdos toma el mando de una forma definitiva. A lo que habría que añadir la elección de las canciones, impregnadas de un optimismo solo calificable de genial, y que a todos aquellos que amen la música, les van a recordar a una buena nómina de grupos anclados en el pop (con pequeños tintes de rock) a lo largo de las décadas de los setenta, ochenta y noventa, y les van a levantar el ánimo si han tenido un mal día. En esa búsqueda de uno mismo que aquí se produce buceando en las notas musicales de una canción, nos encontramos con la agradable sorpresa de las dotes como cantante de Keira Knightley, y con unas letras más que atractivas, pues ellas son la verdadera razón de ser de esta historia, donde por fin encontramos sentido a las segundas oportunidades, porque el poder de la música a la hora de retratar el sabor amargo de la derrota o el desamor es innegable, pero tampoco no lo es menos cuando una melodía se cuela en nuestros sentidos y la relacionamos con el amor, ese brujo incómodo que se nos mete en los zapatos para hacernos sentir y verlo todo diferente.
El mensaje que Begin again transmite por encima de cualquier otro es ese, el del amor por la música como motor de nuestras vidas, pero también el del alma que no se ve -como una partitura musical invisible- y que nos traslada por las baldosas que conforman los días de nuestras vidas sin desgastarnos los zapatos. Sí, Begin again nos vuelve a retratar las victorias y derrotas del ser humano en clave de notas musicales, como si ellas fueran las culpables de modelarnos los sentimientos en una infinita melodía que podemos volver a escuchar con solo darle de nuevo al play.
Ángel Silvelo Gabriel.