Hemos recurrido en diferentes ocasiones a los “Día de…”. La última fue para contar cómo se crea uno de estos días de la nada, el del colesterol, por ejemplo; basta con la financiación de un gran grupo alimentario. Este sábado 19 de octubre es el Día del Cáncer de Mama y se han preparado algunas actividades y acciones de concienciación, unas más serias que otras. Veamos algunos aspectos críticos.
La Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc) ha presentado una versión muy especial de la canción “Color Esperanza” con la que pretende “llevar un rayo de ilusión a miles de mujeres que padecen cáncer de mama”. La canción, que sale a la venta mañana en las principales plataformas digitales y cuyos beneficios irán destinados lucha contra el cáncer de mama, ha contado con la participación de Chenoa, India Martínez, Lamari (Chambao), Leire (La Oreja de Van Gogh), Mai Meneses (Nena Daconte), Paula Rojo, Susana (Efecto Mariposa), Rozalén y la colaboración de Mar Amate.
Se centran en la prevención con tecnología sanitaria y en el tratamiento médico y farmacológico en vez de desarrollar una verdadera prevención basada en el impulso de estilos de vida saludables, lo que evitaría un gran número de casos de cáncer de mama (y de cualquier otro tipo pues el cáncer está muy relacionado con el factor ambiental o industrial según se mire).
La investigación de las causas del cáncer es muy importante, fundamental pero creo que mientras continúan las investigaciones, es necesario centrarse en lo que ya conocemos y hacer campañas para modificar estilos de vida. El cáncer, aunque parece que no interesa entenderlo así, es un producto de la sociedad industrial y el estilo de vida nocivo que ofrece.
Así lo comenté con la directora de Comunicación de la Aecc hace unos días por Twitter. Esta asociación, la que más recursos maneja en España, se empeña en centrarse en promover el conocimiento del cáncer de mama, apoyar las mamografías “preventivas” cuando son muy criticadas por la comunidad científica y dirigir al tratamiento medicamentoso. Seguro que esto no tiene que ver con que su financiación provenga en buena medida de multinacionales farmacéuticas o industrias contaminantes.
Lo último que he leído es que uno de los benefactores de la Aecc, el laboratorio Roche está registrando un “nuevo” fármaco para el cáncer de mama. Sin profundizar mucho en la noticia, se trata del viejo truco del “evergreen”, hacer modificaciones no sustanciales desde el punto de vista terapéutico de un medicamento y volver a patentarlo, un fraude científico.
Por supuesto que es importante conocer las enfermedades, sus causas, sus remedios, los estilos de vida necesarios para evitarlas y superarlas. Lo que no me queda claro con estas campañas, más bien florales, es si producen un beneficio real en la población o de manera directa o indirecta se beneficia a los fabricantes de tecnología de diagnóstico y medicamentos y productos sanitarios ad hoc.