Se realizan ejercicios para fortalecer los músculos y aumentar la flexibilidad de las articulaciones, y también se hacen prácticas respiratorias y de relajación.
Los ejercicios en la piscina deben ser dirigidos por una obstetriz y por un entrenador de natación. La madre puede empezar con estos ejercicios a partir de la semana 20 del embarazo.