Aparte de las presiones propias del masaje, recibiremos las emanaciones de las pindas, lo que lo convierte también en un tratamiento de aromaterapia.
Antes de iniciar el tratamiento, el masajista presenta una selección de hierbas y especies para que el cliente escoja según sus necesidades. A continuación, se calientan las pindas al vapor y se aplican en unos puntos de presión, por todo el cuerpo, para obtener un efecto descontracturante y relajante.