El Colágeno y el ácido Hialurónico son las dos sustancias que combinadas constituirían el elixir de la eterna juventud, si existiera.
La importancia del Ácido Hialurónico en la conservación siempre joven de nuestro organismo es colosal ya que interviene en muchos procesos claves como puede ser la cicatrización de heridas, la correcta lubricación de nuestras articulaciones, la regeneración celular, así como en la hidratación (y oxigenación) celular.
Denominamos Ácido Hialurónico, AH, al glicosaminoglicano (GAG) que se localiza fundamentalmente en los cartílagos, el líquido sinovial (“el engrasante” de nuestras articulaciones), en el cordón umbilical, en los vasos sanguíneos y en humor vítreo (el líquido que hay en nuestros ojos), en forma gelatinosa.
También está repartido por nuestra piel, dándole su característico aspecto terso y aterciopelado que comienza a degradarse conforme se pierde porcentaje en ácido hialurónico, a partir de los 35 años de edad. También su falta o baja presencia en las articulaciones es la razón por la que ocurra la artrosis y el deterioro de articulaciones y cartílagos.
El déficit de zinc y magnesio en nuestro cuerpo acarrea una menor producción de ácido hialurónico en nuestro organismo. Una continuada exposición solar, sin protectores de rayos ultravioletas destruye el ácido hialurónico en nuestra piel dando lugar al envejecimiento prematuro de ésta e incluso a heridas solares.
¿Cuáles son las funciones esenciales del Ácido Hialurónico en nuestro organismo?
- Une las fibras de colágeno y elastina, manteniendo el aspecto terso de la piel
- Contribuye a la hidratación del cuero cabelludo, propiciando la generación de cabello y su crecimiento más o menos rápido
- Es el relleno natural de nuestros labios, de ahí que con la edad los labios parecen “encoger”
- Contribuye a la correcta hidratación (son como microesponjas, cada molécula de HA puede llegar a absorber hasta mil veces su peso, en agua) y oxigenación de las células de nuestro cuerpo
- Lubrica las articulaciones, amortiguando tensiones y vibraciones en nuestros músculos
- igualmente, contribuye a la fijación más firme de los dientes a las encías
- Evita la inflamación muscular
Por esta razón, pasados los 35 años es muy beneficioso para la salud de nuestra piel, utilizar cremas y cosméticos con ácido hialurónico añadido, así como consumir complementos de A.H. de manera oral o bien mediante inyecciones subcutáneas. De esta forma repondremos el ácido hialurónico que podamos haber consumido, retardando el envejecimiento de nuestra piel, cabello y articulaciones.