La berenjena se usa tradicionalmente para reducir el colesterol de la sangre y es muy recomendable consumirla después de comer alimentos grasosos ya que ayuda a sacar la grasa del cuerpo evitando que se depositen en las arterias.
Provoca la secreción de la orina y ciertas sustancias dañinas. Es diurética y estimula la bilis, por lo que resulta muy adecuado en casos de Hígado Graso o Insuficiencia Hepática cuando el hígado necesita ayuda para disolver las grasas.
La berenjena, si es madura, se digiere fácilmente. Se recomienda a las personas que sufren de artritis.
Es ideal en casos de cálculos renales, retención de líquidos, hipertensión y enfermedades cardiacas como la arteriosclerosis
En casos de retención de orina se prepara una maceración en frio cortando en trozos una berenjena grande, la cual se deja macerar durante toda la noche en un litro de agua. Se debe tomar una taza cada 2 horas antes o después de las comidas.
Es antioxidante ayudando a prevenir ciertos tipos de Cáncer.
Resulta muy efectiva en casos de obesidad mezclándola con jugo de piña y rábano. La Berenjena tiene bajo nivel calórico y un alto contenido de agua.
Aplicada externamente en forma de cataplasma se usa para tratar las hinchazones, granos, forúnculos, afecciones de la piel, abscesos, herpes, etc.
El aceite de berenjenas se usa contra los dolores reumáticos, sus fricciones sobre la piel activan la circulación sanguínea .
La berenjena produce sueño y es útil en problemas de Insomnio. De las semillas de la berenjena se extrae la fitina, reconstituyente cerebral.
Se utiliza también en casos de Intoxicaciones alcohólicas, afecciones renales, hemorroides, quemaduras, diabetes, reconstituyente cerebral y asma.
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