Uno puede dejarse sorprender por el trabajo de Berto Martínez Tello sin necesidad de conocer su edad. Contemplar la serie que compone su Sóc aquí però puc ser a un altre lloc (Estoy aquí pero puedo estar en otro lugar) supone un paseo agradable por formato y concepto, casi tan plácido como los caminos del parque de Leipzig que han inspirado una parte de su producción. Leipzig, su actual residencia y siguiente etapa de una formación iniciada en Barcelona y que, cumpliendo este mismo año los veintiséis, hace de él uno de los artistas más prometedores de su generación. Porque no es veterano todo lo que reluce, aunque en este caso el ingenio juvenil vaya acompañado de una madurez en la que hay espacio para la experimentación técnica, los juegos compositivos o la contundente reinterpretación de los clásicos, como la obra Génesis evolutiva, que partiendo de Los fusilamientos del tres de mayo de Goya, copia el original y se permite ampliar un pequeño fragmento que posteriormente presentará en cuadrículas. El resultado es uno de los principales atractivos de la muestra que la Berger Gallery acoge hasta el 14 de marzo.
Berto Martínez Tello, “Génesis Evolutiva” (2011)
En ella, entre muchas inquietudes, encontramos una evidente preocupación por el espacio y su capacidad de interacción, ya sea con el artista o con sus creaciones, como en la alegoría múltiple de Atelier, o buscando la complicidad del público en obras como Configuración pictórica, donde nuestras percepciones paisajísticas son transgredidas por un cuadro blanco cuya omnipresencia se prolonga tanto en el tiempo como en el espacio.
Una exposición llena de reflexiones y aciertos técnicos en las que un resultado o una interpretación nunca son suficientes, donde partiendo de un infantil calco se puede llegar a la descontextualización de una imagen y, como en su serie de pinturas invertidas, generar obras espontáneas alterando el orden natural del proceso creativo. El resultado sigue vinculado a la recurrente musa que para Berto es la naturaleza, una fuente de metáforas natales a las que llega tras pintar sobre una capa de imprimación que confrontará al auténtico lienzo. Su creación queda atrapada entre ambas pero recupera la libertad en el momento en que la imprimación se desgarra y asistimos a las consecuencias estéticas del azar.
Sóc aquí però puc ser a un altre lloc hace honor a su título. Berto Martínez Tello existe en cada una de sus obras y éstas como grupo componen una vívida imagen de sus intereses e inquietudes, de lo aprendido y por aprender, de lo mostrado y, sobre todo, aquello por demostrar.