Esta receta que os presento hoy, es una versión de un aperitivo, antojo, picada o entrante que conocí hace muchos años en Asunción (Paraguay), en un local llamado Face's en el que por aquel entonces, celebré mi cumpleaños, cuando vivía por allí. Lo que he hecho ha sido mezclar mi recuerdo, con una idea que me dio Ricardo en casa de Mario Gil, hablando de cómo disfrutar de platillos mexicanos. Vamos a ello.
Necesitaremos:1 docena de choricitos individuales, también llamados besitos. Son de esos ideales para barbacoa que encontraréis sin dificultad en el supermercado.1 lata de jalapeños (compré un frasco de Old el Paso)1 vaso de vino blanco2 cucharadas de miel oscuraun poco de maizena o fécula para espesar.
Modo de Proceder1. Comenzamos dorando los choricitos a la plancha, en una sartén sin aceite. La propia grasa de los choris ayudará con esta labor, y además, así pierden algo de grasa. Cuando estén bien doraditos, sacamos, secamos y reservamos. Ya tenemos los besitos.
2. En un cazo, ponemos los besitos y los cubrimos con el caldo de la lata de los jalapeños. Si os gustan bien picantes, añadid unos trocitos de estos chiles entre los choricitos. Poner a cocer, durante 15 minutos. Nuestros besitos ya son picantes.
3. En otro cazo, reducimos el vino con las cucharadas de miel, y desleímos en un vaso aparte la maizena y la incorporamos para que espese la salsa dulce.
4. En un cacharrito de barro, que utilizaremos luego para servir, colocamos los chorizos, escurridos del caldo de jalapeños en el que cocieron, y los cubrimos con la salsa de vino dulce espesita. Un hervor de unos 5 minutos y a disfrutar. Nuestros besitos picantes, son también dulces.
Con una cervecita fría, son un aperitivo, o antojito perfecto. El dulce del vino que envuelve el choricito, contrasta con el picante (suave) del besito. Seguro que os gustan.
Y ahora, permitidme que os pregunte... ¿quién quiere un besito?
Animaos a todos a participar, que el libro será genial.
Sed felices.
PD: Y de propina otra foto "picante" Una avispa roja, que husmeaba entre las flores de la planta de menta de mi terraza. Está tan bonita la menta, que pese a vivir en un 4º piso, cada día suben a libar un ratito.