La 14e. edición de la Bienal de Lyon se propone explorar la modernidad a través del concepto de Mundos flotantes, términos que nombran la propuesta de este año.
Emma Lavigne, directora del Centro Pompidou de Metz, es la curadora de esta edición y dice sobre sus creadores casteados: “Los artistas presentes en esta bienal amplían al máximo la definición misma de obra de arte. Una obra de arte ya no es solo una pieza estática, puede ser una tela flotando en el viento, puede ser una obra musical, puede ser un trozo de bosque encerrado en una escultura modernista, así que nos encontramos en la bienal con artistas que reinventan lo que una obra de arte.”
Muchos de los trabajos presentados se centran en torno a la idea de la fugacidad, el movimiento y la noción de tiempo para invitar a los visitantes a ampliar su percepción y su concepción del mundo de hoy.
La artista austriaca Susanna Fritscher realizó una instalación sonora con tubos de plástico rotatorios. Para la inauguración de la bienal, la música contemporánea austriaca Eva Reiter improvisó con el sonido cambiante de los tubos.
Fritscher describe su obra: “Puede que no se trate de expresar una idea, esto trata más de la creación de algo en el espacio; lo que no se puede escuchar en principio y luego si empieza a percibirse; el sonido que cambia la percepción espacial de la gente”.
1968 El fuego de las Ideas es el nombre del ensayo fotográfico de Marcelo Brodsky quien comenta sobre su obra: “Creo que las ideas de 1968 nos han empapado a todos, a todas las generaciones con una idea de un mejor futuro. En ese momento pensábamos que el futuro sería mucho mejor, algo que hoy no estamos seguros de que se haya cumplido”.