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En 1966 la empresa Bizzarrini S.p.A lanzó un automóvil legalizado para circular por carretera basado en el ISO Grifo A3C. Lo bautizaron como Bizzarrini 5300 GT Strada y resultó ser un escaso supercoche con un rendimiento excepcional. ¿Quieres saber más de él?
Bizzarrini 5300 GT Strada, el desconocido superdeportivo de los 60
A penas se construyeron 133 ejemplares del Bizzarrini 5300 GT Strada entre 1965 y 1968 en una pequeña fábrica situada en Livorno. Allí 12 operarios montaban un total de 7 u 8 coches al mes, todo un trabajo de artesanía digno de ser reconocido. El sensual coupé de a penas 110 cm de alto se vendió en tres versiones distintas, el coupé, el roadster y la versión Corsa, que ya podréis intuir para que se hacía servir...
La motorización para el Bizzarrini 5300 GT Strada era la misma se trataba de un small block de GM usado para el Chevrolet Corvette. Con 5358 cc era capaz de rendir entre 365 y 385 cv aunque en la versión usada para competir alcanzaba los 400 cv con facilidad. Ese bloque iba acoplado a una caja de cambios Borg Warner de 4 velocidades de tipo T10, lo que le hacía alcanzar con facilidad los 100 km/h en primera velocidad.
Sin duda los entendidos y los que han conducido uno, afirman que estos híbridos, llamados así por la utilización de un gran motor americano en un bastidor europeo, se comportan genial y además el cliente se aseguraba una asistencia en cuanto a recambios debido a la presencia del grupo GM a los dos lados del atlántico.
Si hay algún dato que llama la atención de éste bólido, es que en la época poseía una relación peso/potencia de a penas 3.4 kg por cada caballo de potencia producido por ese V8 situado en la parte delantera. Para que os hagáis una idea, el monstruoso AC Cobra con motor 427 tenía una relación peso potencia de 2.3kg/cv, y el Ferrari 275 GTB/4 posee una relación de 3kg/cv.
Las diferencias en cuanto a mecánica frente al bloque 327 de serie es básicamente el cárter, que se sustituyo por uno de aleación ligera con aletas de refrigeración, en el cual caben 11 litros frente a los 4.7 de capacidad que tiene de origen.
Si hay algo que llama la atención del interior del Bizzarrini 5300 GT Strada es la separación que existe entre los asientos y es debido a que el V8 está montado muy hacia atrás. Esto es cuestión del reparto de pesos en el vehículo, por lo que, en el habitáculo tuvieron que hacer hueco para el túnel de la transmisión.
A parte de pensar en la posición del motor se pensó en el reparto de pesos con dos depósitos de combustible, cada uno de 30L situados cada uno al lado de cada ocupante. Con esto consiguieron un reparto de peso del 50% entre ejes anterior y posterior, algo de lo que no se preocupaban muchos fabricantes, pero que luego en la conducción se nota y se agradecía.
Y así lo vimos durante el Espíritu de Montjuic 2017, donde el equipo que posee este rarísimo ejemplar del Bizzarrini 5300 GT también corría con otro monstruo de los 60, el Ford GT40 ¿Lo conoces? ¿Con cuál te quedarías?