Las coordenadas culturales que dieron lugar al fenómeno Swinging London, se recrean en un catálogo que quiere diferenciarse del resto por su estética y, sobre todo, por el diseño de las prendas que componen la línea más personal de Blanco.
Pelo cardado, mobiliario vintage y carácter retro. La top model Ali Stephens se sube a unos tacones de vértigo para dar vida a una colección que bebe de las tendencias británicas y recupera una época pasada que marcan estilo.
Las asimetrías en cortes y estampados se mezclan con flores liberty y aires bohemios; las siluetas rígidas, con el volumen y la caída de tejidos ultra ligeros.
Se presentan vestidos largos y faldas con vuelo “new look” junto a licras ajustadas en exceso y muy cortas. Camisas con aplicaciones de encaje y perlas como prendas únicas que protagonizan looks totales. Los cálidos calcetines de lana que se llevan bajo sandalias de ante, demuestran una vez más, que los complementos son importantes.
Todo un conjunto de contrastes que buscan una segunda revolución pacífica a través de formas que vuelven a estar de moda