Blanquita lo pasó muy mal en su infancia y no quiere que lo que le pasó a Carlos y a otros menores del hogar en el que viven quede impune. Si hay que mentir, está dispuesta.
Blanquita está basada en los hechos que ocurrieron a principios de los años 2000 en Chile. Un caso de abuso a menores y sobornos en los que estaban implicados empresarios y políticos. La única testigo era una joven humilde con un pasado complicado y un sacerdote. La película refleja lo difícil y complicado que es intentar poner en jaque al poder político, al poder en general.
La película es oscura, lúgubre con unos personajes que sufren y reflejan muy bien ese sentimiento de impotencia y de querer que unos hechos deleznables no queden impunes. Valientes, a pesar de las consecuencias de sus acciones.
Destacan los dos actores que interpretan a Blanquita y al sacerdote. En unos personajes complejos y con tanta carga psicológica.
Una historia que genera debate y que invita a reflexionar sobre la sociedad y el mundo que hemos construido.