La historia, desde luego, no viene aofrecer excesivos elementos novedosos: un asesino en serie taninsaciable como escurridizo, cuya única particularidad es la dehacer objeto de su inagotable sed de sangre a miembros del cuerpo depolicía; y, para hacerle frente (y, como no podía ser de otramanera, acabar con él...), un policía problemático y con pocosescrúpulos en lo que se refiere a métodos, mecanismos y sistemas:todo vale si funciona. A lo largo del camino: ejecuciones sumariasllenas de efectismo y truculencia; persecuciones espídicas einverosímiles por los sitios más inimaginables; y, como presuntotelón de fondo dramático (buff...), el enfrentamiento entre nuestrohéroe, más machote que un Geyperman hormonado, y su mando superiorinmediato, que, desgracias de la vida, es “rarito”, además detener reparos con esas tonterías de las normas, las leyes y otrasestupideces y estorbos varios. Como pueden apreciar, amigos lectores,un ejemplar canónico, en tanto que no le falta ni uno de loselementos constitutivos del “género” ¿Qué más se podríacontar? Pues nada, que ahí queda eso. En fin...
* Apuntes sobre el cine que viene LX.-