Podía sentir el suave latido de su corazón y el dulce aroma de su sangre. Una sonrisa resignada se dibujó en sus labios. «Amarte va a ser una tortura.
Te necesito más que a nadie en este mundo, y si vienes conmigo no habrá vuelta atrás. Será un compromiso para toda la vida, no me importa lo que pueda pasar después o si acabas odiándome por algo. Nunca te dejaré. No lo pretendía pero su expresión era feroz.- O todo o nada. Tú decides.
- Pobre de mí. Ahora tú eres la araña y yo la débil mosca atrapada en tus hilos