Este sistema de conducción se encuentra formado por las siguientes estructuras:
- nodo sinusal, localizado en la aurícula izquierda y responsable del origen del impulso eléctrico.
- nodo auriculoventricular (AV), recibe, a través de una serie de ramas, los impulsos del nodo sinusal. Actúa filtrando y retardando dichos impulsos, para asegurar que los ventrículos se contraigan a la vez. Se localiza entre éstos y las aurículas.
- haz de His-Purkinje, formado por varias fibras que discurren inicialmente por el tabique existente entre ambos ventrículos, para dividirse posteriormente en dos ramas (derecha e izquierda) que se distribuyen por toda la superficie de los ventrículos.
Esta afectación da lugar al retraso o interrupción de la conducción de los impulsos eléctricos, con lo que la frecuencia con que se contraen los ventrículos disminuye.
De esta forma disminuye también el aporte de la sangre que llega todo el organismo.
Existen varios tipos de BAV, distinguibles mediante el ECG:
- BAV de primer grado o conducción AV prolongada
- BAV de segundo grado (tipos I y II de Mobitz)
- BAV completo o de tercer grado.
Causas del bloqueo auriculoventricular
La conducción de los impulsos a través del nodo AV puede encontrarse retardada de forma fisiológica en los deportistas muy entrenados.
Existen múltiples enfermedades que pueden dar lugar a este trastorno, tanto agudas como crónicas:
- Entre las agudas destacaremos el infarto agudo de miocardio (IAM) de localización inferior, el espasmo de las arterias coronarias (generalmente la derecha), dosis excesivas de determinados fármacos (digitálicos, beta-bloqueantes, antagonistas del calcio) y determinadas infecciones agudas, virales o bacterianas.
- Respecto a enfermedades crónicas, se encuentran la sarcoidosis, determinadas neoplasias y enfermedades degenerativas raras, tales como la enfermedad de Lev o la de Lenegre.
La alteración del nodo AV, por las causas anteriormente citadas, dificulta (BAV de primer y segundo grado) o impide (BAV completo) la conducción de los impulsos eléctricos procedentes del nodo sinusal hacia los ventrículos, lo cual se traducirá en una bradicardia o en una parada cardíaca.
Síntomas del bloqueo auriculoventricular
Obviamente, los síntomas que aparezcan van a depender de la gravedad del BAV. De todos modos los bloqueos pueden no presentar ninguna clínica pese a su gravedad.
- Bloqueo de primer grado: no suele tener trascendencia para la salud del individuo, salvo en casos excepcionales.
- BAV de segundo grado tipo Mobitz I: en condiciones normales es bien tolerado por el paciente, aunque en ocasiones pueden aparecer síntomas tales como síncope, mareo, o disnea.
- BAV de segundo grado tipo Mobitz II es un cuadro más grave. Puede producir una sintomatología similar al anterior y con frecuencia progresa hacia un BAV completo.
- BAV completo: es el que más habitualmente produce clínica. La frecuencia cardíaca suele ser menor de 40 latidos por minuto. El paciente puede presentar, incluso, mal estado general, con palidez y sudoración profusa en los casos más graves, en los que, además, puede llegar a producirse una parada cardíaca.
En todos los casos existirá bradicardia, más o menos intensa según la gravedad del cuadro, que es debida a la dificultad de conducción del impulso eléctrico.
¿Cómo se diagnostica?
Tanto los síntomas como la exploración física orientan al diagnóstico, que se verá reforzado con el registro obtenido con el ECG elemental.
Independientemente de ello, serán necesarias una serie de pruebas más sofisticadas, cuya indicación deberá ser valorada por el especialista según las características del paciente y el tipo de BAV que éste presente.
Las pruebas más usadas son los estudios electrofisiológicos y los registros electrocardiográficos intracardíacos.
Tratamiento recomendado
El BAV de primer grado no precisa tratamiento.
En el resto de los casos, el especialista será el que decida, estudiando cada caso particular, la necesidad o no de un tratamiento. El tratamiento farmacológico (atropina, isoproterenol) se reserva para el momento agudo. Posteriormente, el tratamiento de elección es la implantación de un marcapasos.
¿Cómo puedo evitarlo?
Es importante que, si se está recibiendo tratamiento con algunos de los fármacos descrito en los apartados previos y que como efecto secundario pudiera producir un BAV, éste se realice siempre siguiendo estrechamente las instrucciones del médico y realizando los controles que él nos indique.
El resto de las causas son difíciles de prevenir, salvo, por supuesto, el infarto agudo de miocardio , a través de una dieta pobre en grasas y variada (dieta mediterránea), así como la realización de ejercicio físico habitual.
Deberá acudir a su centro de salud siempre que:
- presente algunos de los síntomas citados (mareos frecuentes, síncope).
- se detecte una frecuencia cardíaca baja (generalmente por debajo de 50 o 60).
El médico de cabecera le realizará el estudio oportuno y valorará la necesidad de remitirle al cardiólogo. Los cuadros más graves deben ser tratados en las urgencias hospitalarias en su fase aguda.