Por fin, encontramos un ratito para poder publicar otra receta, a nuestro parecer estupenda. Se trata de unas gallettitas de almendra, que si se hacen en un tamaño pequeñito, resultan perfectas para un bocado. Son ideales de sobremesa, para después de una comida, en la que entre charla y charla, el plato se vacía casi como por arte de magia, y cuando os queráis dar cuenta, no quedará ni una. Por dentro son blanditas, pero no son para nada pastosas, son fáciles y rápidas de hacer, y la verdad es que cada vez que las hemos hecho, no ha sobrado ni una.
Ingredientes:
125 gr mantequilla
170 gr azúcar
1 huevo
150 gr harina para repostería
150 gr harina de almendra
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de extracto de almendra (opcional, si queréis intensificar el sabor aunque yo no lo suelo poner)
1/2 cucharadita de levadura en polvo
1 huevo para pintar
Almendras para decorar
Precalentamos el horno 180º.
Empezamos batiendo la mantequilla con el azúcar hasta que se hayan incorporado. Sin dejar de batir añadimos el huevo ligeramente batido, y después las harinas mezcladas junto con la levadura y la sal. Terminamos de amasar si es necesario con las manos para formar una bola con la masa. De esa bola vamos cogiendo pellizcos de masa de aproximadamente 12 gr ( yo peso el primero para que me sirva de orientación y a partir de ahí hago todas más menos de ese tamaño), les damos forma de bola, y las colocamos en una bandeja de horno, siempre un poco separadas ya que en el horno crecen. Las aplastamos un poco con los dedos, justo para darles forma de pasta, las pintamos con huevo, y vamos colocando encima las almendras para decorar, en algunas media almendra, y en otras almendra troceada. Introducimos en el horno a 180º hasta que veamos que empiezan a coger un color dorado. Sacamos del horno y las dejamos reposar un par de minutos sin retirar de la bandeja del horno porque estarán muy blanditas, después las colocamos sobre una rejilla para que terminen de enfriar.