La boda de Alba Carrillo y Feliciano López era una de esas que esperaba con ganas, la verdad sea dicha, sin un motivo especial. Ella no me parece la mejor modelo del mundo y de él tampoco puedo decir mucho porque no me gusta el tenis. Me llamaba la atención la expectación que se había creado alrededor de sus tres vestidos de novia firmados por Rosa Clará y sobre cómo sería toda la organización ya que ella está al frente de su propia empresa de bodas y eventos.
Anoche, justo antes de irme a dormir, salieron publicadas las primeras imágenes. Quería haber compartido alguna en las redes como hago siempre en estos casos, pero en cuanto vi dos o tres me dije: "Vete a la cama porque esto bien merece un post“. Y aquí estoy, cambiando mi día de playa por intentar entender qué le pasó a ésta chica por la cabeza (y a más de una invitada también) para casarse de ésta guisa. A favor de ella, tengo que decir que la propia Alba, ya había dado algunas pistas del estilo de su vestido, había desvelado también que serían tres, etc... y quizá eso (al menos es mi caso) haya hecho falsas esperanzas o grandes expectativas que, a la hora de la verdad, en mi opinión, me dejaron un poco chof.
Hace casi exactamente un año y tras dos de relación, Feliciano sorprendía a Alba con un anillo de compromiso durante una cena en el Palacio de Cibeles. Ellos mismos se han encargado de subir a las redes imágenes del proceso de su boda. Uno de los detalles que prepararon a sus invitados, ha sido un elixir de amor"elaborado a mano con los perfumes de nuestra historia de amor y con las esencias más románticas del mundo. Su ingrediente principal es el amor verdadero. Tiene miles de usos y propiedades, que comienzan sin apenas haberlo utilizado, pues si este elixir llega a tus manos ya puedes sentirte amado".
La ceremonia religiosa ha tenido lugar en el Alcázar de Toledo, cuidad de origen del novio. Alba ha llegado en un coche de época acompañada de su hijo Lucas fruto de su relación con el piloto de motos, Fonsi Nieto.
El primer modelo escogido, ha sido un vestido de líneas atemporales. Un diseño clásico de tejido brocado y con escote cuadrado y encaje acompañado de un semi recogido en la nuca con raya baja y ligeras ondas en las puntas. Para combatir las altas temperaturas que casi rozaban los 40º acompañó su look con un abanico de encaje.
Entre los más de 300 invitados, he aquí mi lista de los 5 looks imposibles donde no falta un total black en pleno mes de julio, un escote hasta el ombligo, una tonadillera y mi favorita, una tipo Alaska que venía directamente desde el after hour… ¡un horror! He de reconocer que esta es una de mis partes preferidas de las bodas de los famosos, el apartado de las invitadas horteras.
A la salida, raquetas al vuelo y novios e invitados pusieron rumbo a la cena donde la pareja ofreció un brindis a la prensa allí presente luciendo un segundo vestido a mi juicio mucho más acertado aunque no terminaba de favorecerle del todo.
Un diseño de corte sencillo, años 20 y tiros finos a juego con la cinta/corona que llevó en su frente, en esta ocasión un una trenza despeinada a un lado que a mi parecer, no decía mucho. De haberse pasado por el blog, con mucho gusto, le habría recomendado a Alba que se leyese el post trenzas para novias e invitadas que escribí a comienzos de año.
Del tercer vestido aún no hay imágenes aunque, he leído algo de que saldrán en la revista Hola la semana próxima. Este mes, ha sido el mes de las bodas de modelos con deportistas. ¿Helen y Rudi o Alba y Feli? Sin duda me quedo con la primera. En cualquier caso, más guapa o menos guapa, más bonito o más feo... una vez más, triunfó el amor así que... ¡Felicidades pareja!