Yo confieso que lo de casarme en invierno, me hubiera dado muchísima pereza: qué frío! Sin embargo, viendo las fotos de la mesa tan bonita y los arreglos de esta boda, la verdad es que casi apetece y todo. La posibilidad de trabajar con piñas, ramas de abeto, rodajas de madera (las vemos últimamente por todas partes) y adornos muy invernales, me parece que tiene un millón de posibilidades. Además, a mí que siempre me ha dado por las cosas difíciles, me resulta un reto muy atractivo... jeje.
Una mesa preciosa, que bien podría ser la de nuestra casa en la cena de Navidad.No estáis de acuerdo??
Buen martes!
Coralia.
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