Border: Una frontera de géneros.....

Por Androsmalv


 "....en algún tiempo incluso se pensaba que como eran seres malvados se dedicaban a secuestrar humanos, especialmente niños, para convertirlos en sus esclavos y llevarlos a las montañas, de ahí surgió el nombre de bergtagen o “llevados a la montaña”" (1)

Como anota Albert Figueres en su libro la Próxima Frontera, la palabra frontera, es una acepción de límite o confín, que además tiene relación con lo "conocido" o "descubierto", que se puede entender como "ese límite virtual o físico que separa el aquí del allá"(2) cobijando la idea de cruzar los límites y descubrir otros lados, no sólo espaciales sino culturales,  que es lo que podemos observar en la película de Ali Abbasi, Border, una fantasía mitológica nórdica puesta en el escenario realista contemporáneo. Abbasi, un cineasta iraní nacionalizado danés, entiende bastante bien los conceptos de frontera, diferencia e identidad, que van a ser puntos centrales de esta obra basada en el cuento corto de John Ajvide Lindqvist (Let the right one in), quien también participó en el guión junto a Abbasi e Isabella Eklof; los cuales traspasan la idea del cine genérico, al mezclar, un poco de Noir, de cine fantástico, drama y realismo social con una visión "grotesca" de la diferencia, la maternidad y en cierta forma, el romance. Para el cineasta iraní-danés, radicado en Suecia, ésta es su segunda película, y la más importante hasta el momento, no sólo por recibir el Un Certain Regard en Cannes sino porque éste ha levantado las críticas más dispares y contradictorias, como lo hacen las películas que rompen algún tipo de molde.

Desde el inicio Border nos pone en un dilema visual, y argumental, porque, aunque estamos frente a una obra realista o naturalista contemporánea, el aspecto de Tina (Eva Melender) una agente de aduanas con un extraordinario sentido del olfato y extraño aspecto, que además de su capacidad de sentir los miedos humanos también vive aislada del mundo en la parte profunda del bosque nórdico; al conocer a Vore (Eero Milonoff), alguien con su mismo aspecto, no solo descubrirá su verdadero origen sino el misterio detrás de una serie de desapariciones infantiles.

Lindqvist, se basa en su cuento corto homónimo del recopilatorio de terror Let the old dreams die, donde un ícono de la mitología nórdica (Troll) se pone en escena en la Suecia contemporánea, con ciertos tintes de la saga Milenio y los desadaptados sociales, sin perder esa esencia naturalista que se propone desde un principio; igualmente este autor, que ya conocíamos por su anterior cuento y guión de Déjame entrar tiene la virtud de adentrarnos no sólo en las complejidades de los universos fantásticos sino de las problemáticas sociales actuales o por lo menos cercanas a la generación del autor. 



Aunque la fotografía de Nadim Carlsen es absolutamente naturalista, en algunos casos cayendo en el verismo absoluto, usando la cámara en mano de manera evidente, esto no le quita a esta obra cierta singularidad fantástica y plástica, que se puede observar en las escenas nocturnas, el bosque y las secuencias en el lago. Obviamente el director de fotografía afincado en Inglaterra, también se alimenta de los paisajes del norte europeo y probablemente de las ilustraciones mitologicas, que le vienen bastante bien al estilo del largometraje.

Pero en lo que definitiva sobresale esta obra, es en su trabajo de maquillaje; las largas horas a las que se sometieron los personajes principales, la "deformación" de sus cuerpos y desidentificación no sólo apoyan el gran trabajo de Melender y Milonoff sino que le da más fuerza a ese entendimiento de la fealdad, o mejor lo que entendemos como diferencia; realmente es un trabajo que técnica y artísticamente es absolutamente destacado, y que recibió una serie de premios y nominaciones, gracias a dicho apartado, en el que participaron una veintena de especialistas.


  
Es difícil escribir hasta que punto es destacado el trabajo actoral de Melender y Milonoff, la pareja protagonista, tanto por las capas de maquillaje como por la prótesis, sin embargo, las sensaciones de soledad,  miedo, rabia y ternura, sólo puede ser demostrado a partir de las facciones humanas  y cierto paroxismo, que tiene cabida en la misma expresividad y carácter de estos personajes propios del folclore escandinavo.  

Una de esas obras, que puede pecar en algunos aspectos narrativos pero que definitivamente arriesga, y logra romper ciertas estructuras canónicas del género, y que sin salir ciento por cierto  airosa, su rareza y mensaje tolerante converge de manera efectiva. Una obra que vale la pena ver, y que conecta con estos tiempos de aceptaciones, (in)correciones políticas e hibridaciones culturales.


Zoom in: Cannes: Una cierta mirada, Oscar a mejor maquillaje, nominada a mejor película en los Goya 

Montaje Paralelo: Eraserhead (1977) - Maternidad - Mitología 


Referencias

(1) https://lascosasquenuncaexistieron.com/2008/11/05/trolls/(2) Figueras Albert (2017) La próxima frontera: Qué nos hace humanos