Botiquines chivatos

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Un lector del blog enlaza con lo que publica hoy 20Minutos sobre controlar a los trabajadores mediante chips que emiten radio frecuencias (RFID) como si fueran perros (con perdón de estos). Lo leo y las marcas que salen y la actitud me recuerda al capítulo que escribí sobre este tema en La salud que viene del que les reedito un pasaje aplicado al ámbito sanitario, aunque tocaba otros:

Las compañías farmacéuticas ya han dado los primeros pasos para controlar toda la cadena de suministro del fármaco. Cuando escribo toda es toda. También quieren controlarlos mientras están en nuestra casa. Es la gran ventaja que la RFID permite a quienes tengan los medios para poder expandirla. En Chips espías, Katherine Albrecht y Liz Mcintyre, sus autoras, muestran el recorrido que realizaron por las oficinas de patentes de EE.UU. para averiguar qué es lo que las empresas están patentando con respecto a la tecnología RFID. Podemos encontrar numerosas sorpresas sobre lo que ya está ensayándose y lo que se probará en nuestra sociedad en los próximos meses y años.

(…) Viernes por la noche en la ciudad. Los cazadores de sexo de discoteca no se despegan de su teléfono móvil. Durante la semana han conseguido la receta de un medicamento que promete besos azules. La sensual vibración del aparato en su bolsillo y el característico ring ring le recuerdan que ha llegado la hora. Suena una voz al otro lado de las ondas: «¡Buenas noches!, soy su asesor de Sexo Seguro del Departamento de Lucha contra la Falsificación y Garantía de Buen Uso de los Medicamentos del laboratorio Pfizer. Son las 12 de la noche y le recuerdo que debe usted realizar la correspondiente ingesta de su píldora de Viagra. Disfrute de un fin de semana de sexo seguro y legal. Para su seguridad recuerde siempre adquirir Viagra sólo en establecimientos autorizados». Fin de llamada.