Brocante, taller y tienda en Gijón

Por Patriciaderosas @derosasybaobabs

Es una pena que ciertos negocios no tengan la visibilidad que se merecen. Que ciertas personas no la tengan. Últimamente no he dejado de conocer a gente super interesante, de esa que, como dicen aquí en Asturias, te presta conocer y te pasarías horas tomando uno o quince cafés escuchándoles hablar sobre su trabajo o, mejor aún, sobre su forma de ver la vida. Gente muy joven, a la que saco ya unos cuanto años y gente que me los saca a mí. Como me dijo una vez mi amiga Mercedes, una de las cosas buenas que tiene cumplir años es que te das cuenta de que la edad está en la cabeza, nada más.

Hace unos años jamás me hubiera detenido a escuchar – que no a oir – a un joven emprendedor. Probablemente hubiera pensado que poco tendría que aportarme a mi…ayyyy esa soberbia inconsciente que solo cura el tiempo! Tampoco me hubiera detenido demasiado con alguien de mediana edad (Y eso qué es?) porque sin duda yo hubiera pensado que no me iba a entender, “es de otra generación”…

Por suerte, cambiamos, evolucionamos. Y quien no lo hace…lástima.

Creo que me he desviado de mi frase inicial, qué facilidad tengo para dispersarme! Como os decía, es una pena que determinados negocios no se conozcan todo lo que merecen. O quizá una suerte, porque eso les da exclusividad a aquellos que pueden disfrutarlo. Este es el caso de Punto Retro, un negocio más que conocido en Gijón pero que, despistada de mi, hasta hace unos meses no lo conocía en persona.

Ana y Amelia encabezan este proyecto desde 2010, en una nave en Castiello de Bernueces. Como dicen ellas, maquillan, tunean y restauran muebles que venden después. Pero si tienes un mueble antiguo que quieres restaurar, puedes hacerlo allí tú misma con ellas también. En esa nave se hace de todo y todos son bienvenidos.  Y si estás buscando una pieza en concreto, ellas se ocupan de buscártela en alguno de sus mútiples viajes por ferias y brocantes franceses.

La primera vez que entré me recordó a esos pequeños almacenes del Mercado de las Pulgas de París, donde entras convencida de que no verás nada de tanto que hay y según avanzas descubres pequeños tesoros que te llevarías a casa sin pensarlo. Y así ocurre en Punto Retro. En cada visita que hago vuelvo a casa con alguna pieza singular.

En un mundo de redes sociales donde todas las casas parecen iguales, donde cuesta ver atisbos de personalidad tantas veces…se agradece encontrar lugares donde, por precios muy muy interesantes (y esto es importante decirlo), puedes encontrar sillas de los 50 de la firma Baumann o alguna reliquia de Le Corbusier, lámparas de los 70, porcelana de limoges, telares mejicanos, cabeceros de latón, … o incluso piezas recicladas y creadas por ellas mismas.

Están escondidas en su nave, trabajando y trabajndo sin parar; yo creo que no quieren ser descubiertas…así que no dejéis de pasar a verlas.

Pat

*post no patrocinado