¡¡¡Buenas amigos!! La verdad es que esta semana no he parado y no es que no mire vuestros comentarios y todas las cosas bellas que me dejáis por aquí pero es que no he tenido tiempo para nada (y lo que te rondaré morena porque de pronto me han surgido mil proyectos guays que ya os iré contando, pero que no quiero dejar de hacer). PEEEEROOOO… no voy a dejar de hacer post bonitos. Y aquí estamos porque otra cosa no pero en este blog ¡¡nos salen alas!! Y… ¿hay algo más bonito con alas que las maripositas?. Y ahí va otra historia de la “abuelita Cebolleta”. Mi madre (una pieza clave en todas las historias y post de este blog) siempre salvaba a todos los bichos que entraban en casa. Vamos, si entraba una mosca, no se la mataba, se la echaba. Si había una cucaracha, se la invitaba salir. Y si había una mariposa, se abria la ventana y ¡¡a volar!! Pero no solo eso, mi madre siempre decía “¿has visto la cara tan bonita que tienen las mariposas? Son muy guapas” y yo flipaba. Flipaba porque ponía cara de china, juntando así los ojillos como si fuera a ver una imagen de esas de 3D que nunca se ve nada. Yo, a las mariposas no les veía la cara. La verdad es que no les veía ni la forma de la cara pero… al crecer entendí que si, son guapas y además pueden hacer algo que ni tu ni yo sabemos: volar. Espero que os haya gustado el post de hoy lleno de cosas bonitas, de mariposas y de historias.
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