C'è sempre un però...

Por Jgomezp24

"Nella vita c'è sempre un però" es una de aquellas sentencias que siempre llevo en la cabeza. La escribió Samuele Bersani, uno de los cantautores italianos que me gustan y escucho desde hace años, en su canción "Il pescatore di asterischi". En la vida siempre hay un pero...es cuestión de saber convivir con ellos. Con los vinos me sucede lo mismo. Vinos que son interesantes, que te dicen algo, que te interesan por lo que sea pero que acaban diciéndote "pero...". Sobre los vinos con "pero" no suelo escribir. En los últimos tiempos, prefiero concentrarme en explicar cosas de lo que más me hace disfrutar. Pero me sabía mal dejar en el tintero a estos dos cavas. Son especiales, representan mucho (sobre todo el Llopart) para las bodegas que los hacen. No los compré, me los regalaron y, a pesar de ello y de que, en consecuencia, rompo mi regla habitual, quiero escribir algo sobre ellos. Con respeto y amabilidad, pero diciendo lo que pienso.
Rosa Cusiné 2009, de Parés Baltà, es un cava especial porque muy pocos habrá que estén hechos con garnacha tinta. El viñedo está muy arriba para lo que es el Penedès (en Pontons, casi a 700 msnm), pero es muy joven todavía (nueve años). Me gustan este tipo de rosados algo tánicos porque se adaptan a no pocas circunstancias de una mesa, desde el aperitivo hasta un buen pollo relleno. Este cava tiene un color cobrizo delicado y elegante, "ramato". Huele a madroño, a fresas del bosque, tiene fuerza y alguien podría, incluso, llamarle telúrico y algo vinoso. Pero...las uvas en 2009 sufrieron mucho, calor tremendo en julio, agosto y septiembre. Y no se trata ya de que lo digan las estadísticas  o la memoria que uno tiene de esa cosecha. Se trata de que la nariz del cava y su boca delatan esa carnosidad, esa falta de frescura, esa calidez y un aroma, a ratos intenso, de  níscalos que no entiendo y que me provocan el "pero...".
Algo parecido me ha pasado con el Gran Reserva Original 1887 Brut Nature de Cava Llopart.   Con probabilidad, este cava todavía es más importante para su bodega porque con él conmemoran el 125 aniversario de la fundación. Un cava especial, pues, y de muy larga crianza (60 meses: cosecha de 2006), hecho con las variedades tradicionales del xarel.lo y la macabeo (pero de cepas de más de 50 años de edad), más un aporte del 50% de montónega (una variedad, en viñedos muy altos, de la parellada).  No entraré en el debate de si la montónega/parellada es más o menos apta para el largo envejecimiento. Los que saben de esto (y no soy yo, por supuesto), dudan. Yo he disfrutado de este cava mucho más a las 24 horas de haber abierto la botella que en las dos inmmediatamente posteriores. La autólisis evidente, que es detalle de nobleza en un cava de larga crianza, mostraba el recuerdo de hierbas medicinales, de madera vieja (vino rancio: sotolon) y de vermú, que no encajaban con la boca fresca y bien estructurada del vino.  Con mucha oxigenación (24 horas) el cava gana en tersura, se muestra más vivo y eléctrico y pierde mucho de ese aroma impropio de un cava. ¿Se trata de la montónega sometida a una larga crianza? No lo sé, no tengo experiencia de este tipo con la uva citada, pero además de recomendar vivamente la decantación, me quedó la misma idea que con Rosa Cusiné 2009: buenos vinos, bien hechos, a ratos incluso con algún detalle grande, pero que se quedan, para mí, en "vinos pero...".