Café Aubette

Por Marcelogardinetti @marcegardinetti

En 1928, Theo Van Doesburg formuló la revisión más transgresora y consistente sobre el neoplasticismo. El diseño para las salas interiores del Café Aubette expone los patrones del elementarismo, una representación que progresa la idea neoplástica a una dinámica briosa contra la ortodoxia del dualismo horizontal y vertical. Esta decisión De Van Doesburg produjo un enfrentamiento entre los miembros más prolíficos del grupo que termino por derrumbar la unidad intelectual del movimiento De Stijl y la ruptura definitiva de su relación con Mondrian.

El Café Aubette forma parte de una estructura ubicada en la Place Kléber. Es una construcción remanente de un complejo monástico del siglo XIII, después que una parte fue demolida y el resto adaptado al uso militar. A mediados de 1700 el arquitecto Francés Francois Blondel recibió el encargo para reconstruir el conjunto con una estructura que representara “el estilo de la época”. Este complejo fue denominado Aubette, y deriva su nombre de “aube” (amanecer).

En 1845 se estableció allí el café Cade, que posteriormente sirvió como escuela de música. En 1869 fue adquirido por la ciudad para ser utilizado como museo, pero un año más tarde fue quemado, atentado al que solo sobrevivió la fachada diseñada por Blondel. En 1911 se inició un proceso de renovación que no avanzó demasiado, hasta que finalmente los hermanos Horn y Ernest Heitz, desarrolladores inmobiliarios, se hicieron cargo del edificio. La fachada no sufrió grandes modificaciones, pero en su interior, las diferentes intervenciones derivaron en una arquitectura bastante ecléctica.


En 1925 los administradores del conjunto edilicio proponen a Jean Arp intervenir en el interior para convertir la estructura en un centro de ocio. El programa incluía una cafetería, un restaurante, una cervecería, un salón de té un cine y otras salas, repartidos en los cuatro pisos del edificio. Arp convoca a Theo Van Doesburg para resolver los problemas arquitectónicos emergentes de la intervención y además suma a su esposa Sophie Taeuber para intervenir en algunas de las salas.

Van Doesburg entendió que el diseño del café Aubette no era solo la oportunidad para avanzar en su concepto del arte total, también le permitía producir un giro en la concepción neoplástica, dogmatizada por un estricto dualismo ortogonal que aún estaba influenciada por el discurso renacentista. Su diseño proclama la cultura elementarista, que, en contraste con la estática ortogonal, representa el dinamismo del espíritu como sucede en la vida misma.


El interior del Aubette fue concebido como un espacio de gran fluidez. Un recorrido donde no se podía establecer con precisión el límite entre un espacio y otro. Cada artista se ocupó de diseñar un espacio en particular, pero Van Doesburg reservo para sí las salas más importantes: el gran salón de baile y el café restaurant.

En estos espacios, Van Doesburg reacciona a la disposición ortogonal de la habitación para componer una contraposición de planos en diagonal. De este modo promueve un efecto giratorio y centrífugo en el espacio que se acentúa mediante el desplazamiento de colores y el relieve, para alcanzar un alto grado de dinamismo visual. En esta intervención, la influencia de El Lissitzky y sus Proun fue determinante, tal como lo señal Frampton:

 “el interior de Van Doesburg en L’Aubette estaba similarmente dominado y deformado por las líneas de un enorme relieve diagonal o contracomposición que pasaba oblicuamente por encima de todas las superficies internas. Esta fragmentación a través del relieve –una ampliación del enfoque Proun de Lissitzky para su habitación de 1923- estaba complementada por el hecho de que el mobiliario estaba exento de toda pieza elementarista” (1)


El módulo de planos -1,20m x 1,20 m- está definido por la altura de los radiadores. La gama cromática mantiene la paleta de colores neoplástica: Rojo, Azul, amarillo, negro y blanco, y la unión de matices del mismo tono permite acentuar o atenuar el brillo según las circunstancias. Los elementos colocados en relieve logran una definición más estricta de los planos y evitan la fusión visual. Esa disposición se beneficia en el enérgico acento ortogonal que presentan los vanos de puertas y ventanas, además de la propia disposición de las habitaciones, promoviendo un “contra movimiento” a la presencia de la arquitectura.

“Los diseños de Van Doesburg para la gran sala de fiestas y el café restaurante y el salón de té de Sophie Taeuber-Arp, se ajustan a la concepción neoplástica del diseño de interiores: planos de color alineados con los elementos horizontales/verticales de la arquitectura, sin atravesar los límites establecidos por las esquinas. Cada pared está tratada como una composición distinta, con lo que se refuerza la integridad de las superficies discretas y se subordina el color a la arquitectura. En otros diseños, como el de Sophie Taeuber-Arp para el bar del primer piso, se da una mayor continuidad pictórica al espacio interior al hacer que los planos de color atraviesen las esquinas. Color y arquitectura desempeñan funciones parejas, en un acercamiento stijliano de fusión de ambos en una obra total.” (2)



Con motivo de la inauguración de la sala, Van Doesburg publica su teoría sobre el proyecto elementarista en un número especial de De Stijl dedicado al Aubette. Debido al escaso dinero asignado para la materialización, se emplearon materiales de baja calidad que atentaron contra la fuerza expresiva del proyecto y atenuaron la contundencia de la unidad plástica que Van Doesburg buscaba. Esta circunstancia y la inquietud que provocaba entre los propietarios un trabajo demasiado vanguardista sometieron a la obra a varias modificaciones y posteriormente su destrucción a fines de 1930. En 1994 el café fue motivo de una restauración parcial y en 2006 se restauró por completo la primera planta según el proyecto original.

En este ejercicio, Van Doesburg expresa su pensamiento “supra material” en el espacio tridimensional, asistido por el potencial comunicativo del color y la forma. Sin embargo, aun asintiendo la posición revisionista respecto de las teorías originarias del neoplasticismo, el diseño del Aubette renueva el espíritu artístico que moviliza al grupo De Stijl: la unidad estrecha entre pintura, escultura y arquitectura.


“el curso del hombre en el espacio (de izquierda a derecha, desde adelante hacia atrás, de arriba abajo) ha adquirido fundamental importancia para la pintura en arquitectura…. En esta pintura, la idea no consiste en conducir el hombre a lo largo de una superficie pintada de una pared, a fin de hacerle observar el desarrollo pictórico del espacio de una pared a otra; el problema es evocar el efecto simultaneo de pintura y arquitectura” Theo Van Doesburg (3)

©Marcelo Gardinetti   

Fotografías:  ©Claude Truong-Ngoc – Wikimedia Commons

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TECNNE | Arquitectura y contextos

Cafe Aubette

In 1928, Theo Van Doesburg formulated the most transgressive and consistent review of neoplasticism. The design for the interior rooms of the Café Aubette exposes the patterns of elementarism, a representation that progresses the neoplastic idea to a spirited dynamic against the orthodoxy of horizontal and vertical dualism. This decision by De Van Doesburg produced a confrontation between the most prolific members of the group that ended up collapsing the intellectual unity of the De Stijl movement and the definitive rupture of its relationship with Mondrian.

Van Doesburg understood that the design of the Aubette café was not only the opportunity to advance his concept of total art, but also allowed him to produce a turn in the neoplastic conception, dogmatized by a strict orthogonal dualism that was still influenced by the Renaissance discourse. Its design proclaims the elementarist culture, which, in contrast to the orthogonal statics, represents the dynamism of the spirit as it happens in life itself.

In this exercise, Van Doesburg expresses his “supra-material” thought in three-dimensional space, assisted by the communicative potential of color and form. However, while nodding to the revisionist position on the original theories of neoplasticism, the design of the Aubette renews the artistic spirit that mobilizes the De Stijl group: the close unity between painting, sculpture, and architecture.