A pesar de que no son demasiado habituales, este tipo de camas pueden integrarse en todo tipo de estancias tanto para adultos como para niños o para los más jóvenes. Sin embargo, lo cierto es que es más común verlas en dormitorios de matrimonio donde se busca la elegancia, la sensualidad, el confort y un toque distinto a todo lo que estamos acostumbrados.
Por otra parte, también es cierto que tenemos la idea de estas camas ubicadas en el centro de la estancia y sin cabeceros; sin embargo, también es posible colocarla como una de las tradicionales camas junto a la pared gracias a un dosel o un cabecero que se adapte a la perfección a sus formas sin dejar espantosos huecos entre la estructura y la pared.