Un aumento de horas de sol, calor y sequía, ha explicado, "hace que la persona reciba mucha radiación solar". Los últimos estudios revelan, según ha precisado Conejo-Mir, que en el plazo de diez o quince años, cuando se produzca un aumento de tres a cuatro en el número de horas diarias de sol, "habrá una explosión de cáncer de piel", y ello, ha dicho, requiere de medidas de prevención para evitar su gravedad.
El final del siglo XX y los comienzos del XXI han significado "una explosión demográfica del cáncer de piel, que es el más frecuente en el ser humano y el que claramente está relacionado con la radiación lumínica", ha añadido Conejo-Mir.
Sobre la influencia de la vitamina D en la salud y su relación con la protección solar, que constituye una de las novedades de este Congreso, ha recalcado que es un inhibidor de determinados tipos de cáncer, pero los dermatólogos avisan, ha precisado, de que un exceso de esta molécula puede ser tóxica y provocar "hipercalcemia".