Normalmente el reemplazo de células tiroideas viejas por células nuevas es un proceso constante y controlado, sin embargo, en algunos casos ciertas células llegan a ser anormales, crecen y se reproducen de forma incontrolada y dan origen a un tumor maligno que se convierte en cáncer de tiroides.
De acuerdo con información de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, este padecimiento es más común en las mujeres que en los hombres, con un diagnóstico de hasta tres veces más frecuente en mujeres y la edad media al momento del diagnóstico es de 45 años.
Tratamiento
• Una vez diagnosticado, el primer paso en el tratamiento contra este padecimiento es una cirugía para extirpar la glándula tiroides. Lo que se conoce como tiroidectomía.
• Como medida complementaria existe un tratamiento llamado ablación del remanente que se hace con yodo radioactivo para ayudar a eliminar residuos cancerosos.
• Para concluir el tratamiento, el paciente es sometido a una terapia de reemplazo de hormona tiroidea, el cual consiste en tomar tiroxina, que es la hormona que el cuerpo deja de producir.
Seguimiento
• El cáncer de tiroides puede reaparecer o diseminarse a otras partes del cuerpo, aún muchos años después de la tiroidectomía. Por lo que es importante el control a largo plazo.
• Existen tres pruebas principales que se pueden poner en marcha para determinar si después de los tratamientos existen algunas células cancerígenas: la prueba de tiroglubina (Tg), el ultrasonido y la gammagrafía de cuerpo entero.
Fuente: Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer
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Categoría: Cáncer, Glosario de la Salud