Pasado el #DiaMundialContraElCancer, fue ayer, es bueno leer Prescrire publica la lista de medicamentos nocivos, ineficaces o inservibles. En ese post, que resume el parecer de una de las mejores publicaciones que analizan los medicamentos de modo crítico y sin financiación de la industria, hay un apartado sobre fármacos para el cáncer.
Creo que cuando estamos enfermos y más de una enfermedad como el cáncer es fácil dejarnos llevar, motivados por la necesidad de esperanza, por decisiones poco razonables en otro contexto. El miedo nos empuja a dejar nuestra salud en manos de personas confundidas que confían la recuperación a medicamentos que difícilmente ayudarán a ello.
Prescrire realiza un balance desfavorable en la relación riesgo-beneficio de muchos medicamentos que están en el mercado (sí, aprobados por agencias reguladoras públicas). Esta lista negra comenzó en 2010 y en 2013 se han añadido algunos.
Por eso escribo esto tal día como hoy. Porque me parece importante que las personas enfermas sepan que quizá estén tratadas con algún “producto milagro”. Éstos es difícil que ayuden a superar la dolencia y además, como ofrecen reacciones adversas, pueden empeorar el cuadro.
Los análisis de Prescrire descalifican otros medicamentos para el cáncer como Removab, Vectibix, Caprelsa, Javlor y el citado Yondelis.
En la publicación francesa se citan incluso medicamentos como Protopic que se receta para los eczemas. Los especialistas que elaboran la guía consideran que entraña riesgos desproporcionados de linfomas y cánceres cutáneos. Es decir, que no solo están aprobados y se recetan fármacos poco menos que inútiles para el cáncer y que conllevan riesgos sino que hay medicamentos en apariencia inocuos que pueden llegar a causar cáncer.
Por cierto, mi afirmación de “producto milagro” no ha sido gratuita. Leo en el blog Medicamentos, Salud y Comunidad, un post titulado Productos milagro: La falta de efectos adversos de un tratamiento ineficaz favorece la creencia de efectividad. En él se explica por qué creemos en los productos milagro, según un estudio que publica la revista PLOS ONE, liderado por la Universidad de Deusto. La conclusión del mismo: Si un medicamento no tiene efectos secundarios, parece que funciona aunque no sea efectivo en absoluto.
El trabajo alude tanto a los productos provenientes de terapias que llamamos “alternativas” que NO han demostrado su valía, como a los medicamentos convencionales. Es claro pues que hay fármacos para el cáncer que podemos considerar “productos milagro”. Sólo que lo milagroso quizá sea salir con vida del experimento pues a su inefectividad hay que sumar las posibles reacciones adversas. Esto en personas enfermas de cáncer me parece especialmente grave.