Me comentaba un conocido hace unos días que tengo un par de ovarios. Puede ser, a veces no sé de dónde los saco la verdad.
Pero soy así, siempre lo he sido y creo a mis 32 años de edad no voy a poder cambiar mi forma de ser. Tampoco quiero hacerlo.
Hace casi siete años me planté en Los Ángeles con una maleta y la ilusión de poder vivir y trabajar en este país. Sí, en mitad de la mayor crisis económica mundial, decidí dejar un trabajo estable y plantarme -supongo que también con un par de ovarios- frente a la incertidumbre. Y no me fue mal, creo. No me arrepiento de la decisión que tomé entonces.
¿Que por qué te estoy contando esto ahora?
Porque con esta entrada comienzo mi bitácora de viaje. Éste no va a ser un post en el que te hablo de consejos y tips para viajar a Japón o los Estados Unidos. Con esta bitácora espero relatarte distintas sensaciones, anécdotas y momentos del viaje en el que estoy a punto de embarcar.
Es el viaje que siempre quise realizar.
Maldito el día en que a mi abuelo se le ocurrió sacar un atlas del cajón para mostarme dónde se encontraban el Pirineo, los Alpes y Apeninos. Trazó líneas para indicar cuáles eran los ríos de España y Europa, y recuerdo mirar fascinada la geografía tan rica de nuestro continente. Creo que aquél fue el día en que decidí que de mayor quería conocer todo el mundo. Y cuando digo todo no exageraba... Soy Capricornio, y como sabrás, las Capricornio somos del todo o nada. Pues eso.
Y empecé a viajar y conocer países. 17 hasta la fecha. Pero en mi "bucket list", que dicen los estadounidenses, faltaba una vuelta al mundo, o al menos a parte de él. Yo esperaba tener una pareja estable a la que le gustase viajar como a mí y, a ser posible, también fuera aficionado a la fotografía. Y esperé. Y seguí esperando. Soy muy paciente. Y volví a esperar un poco más. Pero hace un año me cansé de hacerlo. Supongo que porque vi mis primeras tres canas hacer acto de presencia en mi cabeza.
Así que hoy he hecho las maletas y voy a realizar este viaje por mi cuenta. No quiero usar el término de "sola" porque tiene muchas connotaciones negativas. Viajo a mi bola, porque sí. Porque tal vez esa persona de la que hablo se encuentre en mi recorrido por el mundo, o tal vez no. Pero eso no me importa.
Viajo porque me gusta hacerlo. Viajo porque para mí es la mejor escuela. Porque gracias a los viajes que he realizado, he podido aprender de otras culturas y costumbres. Viajo porque para mí es como el oxígeno; necesito viajar para sentirme viva.
Espero que me acompañes en esta aventura... Puedes seguirme tanto en el blog como en Instagram, Facebook o aquí mismo, ya que iré actualizando la bitácora cada tres o cuatro días.