Capítulo 11: En Tailandia, de isla en isla y tiro porque me toca

Publicado el 07 septiembre 2016 por Packandclick

Tras 48 horas frenéticas en Hong Kong, en las que caminé más de lo que había recorrido hasta la fecha en un solo día, he recalado en Phuket, al sur de Tailandia. Y, por primera vez en un mes, no estoy sola. Me acompañan mi hermano y su novia.

Ha habido varias personas que me han preguntado si, a lo largo de estos treinta y pico días viajando por mi cuenta, me he sentido sola. Es muy diferente viajar sola que sentirse sola. Lo cierto es que no he vivido ningún momento de soledad hasta el momento.

Soy una persona introvertida y para mí, la mejor forma de cargar las pilas es conmigo misma. Me encanta la compañía y estar con la gente, por supuesto, pero también sé apreciar y disfrutar de los momentos a solas.

A lo largo de este primer mes de viaje, y ya he superado el ecuador, he conocido a muchas personas que me han acompañado en distintos tramos de mi recorrido. Cuando viajas por tu cuenta, realmente nunca estás solo al 100%. Viajar sola te anima, casi obliga, a ser más sociable y es así como he conocido a personas como Franco en Roma; Marjim e Ibrahim en Jordania; Avi, Babu, Abdul y la familia Bansal en la India; Deepak, Manish y Sole en Nepal; y Manisha en Hong Kong.

Curiosamente, es en Los Ángeles donde ese sentimiento de soledad se encuentra más presente. Por eso también este viaje. Estoy recapacitando sobre si debería quedarme en esta ciudad o irme a otro lugar en los Estados Unidos, o a otro país. No me estoy obsesionando al respecto, pero sé que en un momento, cuando esta aventura acabe, tendré que empezar a pensar al respecto.

Pero, en fin, a lo que iba. Tailandia. Mi hermano y su novia.

Ésta es la única parte del viaje en la que no he tomado ninguna decisión. Y sabe tan bien tomarse un descanso de los preparativos de un viaje. No tener que preocuparse de nada por unos días. Cuando hablamos de encontrarnos en Tailandia sólo puse una condición: yo me encargaba del alojamiento y ellos del día a día.

Así que, me he dejado llevar. Y han preparado un itinerario muy completo, que realmente no me han revelado al 100%.

Por el momento, hemos disfrutado de las islas que se encuentran al sur de la isla como Phuket, Krabi, Phi Phi, Maya Bay, Chicken Island, Bamboo Beach, James Bond, etc.

No nos ha acompañado el tiempo y es que, esto es lo que tiene viajar en época de monzón. Pero incluso aún con los nubarrones que teníamos sobre nosotros y las trombas de agua que nos han caído de vez en cuando, hemos podido disfrutar del paisaje que teníamos enfrente.

Phuket no es la zona más bonita de Tailandia. Desde luego no lo es si la comparamos con el resto de las islas que hemos visitado.

Patong Beach es, tal y como describió Maialen a la perfección, una Salou tailandesa. Y digo lo de Salou con todo el cariño del mundo, que he veraneado durante más de 20 años en la ciudad colindante de La Pineda. Paton Beach está saturada, con miles de puestos cutres en el que te venden hasta tu alma si te descuidas, desorganizada y sucia. No es bonita, no voy a decir lo que no es. Pero hemos usado Patong Beach como nuestro "base de operaciones" para desplazarnos a otros sitios y la verdad es que ha cuajado bien.

Imagino que cuando te hablo de las islas de Tailandia, lo primero que viene a tu mente son aguas turquesas y cristalinas, barquitos preciosos de madera y muy coloridos, playas de arena blanca y mucha vegetación tropical. ¿Es así? Pues todo eso que viene a tu mente es correcto y ajustado a la realidad. Mira la foto de abajo.

Cada isla tiene sus características, claro. Pero todas comparten esta similitud. Y después de haber visto calles caóticas, rascacielos inmensos, rickhaws, tuk tuks por doquier, se agradece tener un poco de tranquilidad isleña.

En las visitas guiadas que hemos tenido en los últimos días hemos estado en el mismo paraíso.Las fotos no hacen justicia a lo bello del paisaje que hemos visto, la verdad.

Cada visita guiada ha incluido además algún tipo de actividad, que ha hecho que los días transcurran con más rapidez.

De las tres jornadas que hemos tenido en las islas, quizá me quedo con la del segundo día, el que hicimos con la agencia SeaStar. Tanto la atención al cliente como la preparación de la visita han sido sensacionales y creo que tanto Jon como Maialen estarán de acuerdo al decir que fue donde mejor lo pasamos.

El viaje no estuvo exento de sustos y es que la tormenta matutina nos dejó un poco K.O. a los tres (a mí especialmente). Viajamos en una lancha que navegaba hacia alta mar a mucha velocidad y la mar estaba muy picada aquella mañana. Pronto empezaron a llegar los primeros vómitos de los demás turistas y a mí, al ver esa escena, se me revolvió el estómago. Cerré los ojos y procuré no pensar en nada. Los treinta minutos que nos separaban de tierra firme se me hicieron eternos.

Estuve mal hasta la hora de la comida, pero creo ese descanso fue lo mejor que me pudo pasar ya que después, no sólo me sentí mejor, sino que además empezó a escampar y pudimos disfrutar de Bamboo Beach con un día semi-soleado.

A la vuelta quisimos evitar el mal trago que nos supuso ver a decenas de chinos echando su desayuno, así que nos dirigimos a la proa del barco y preguntamos si podíamos quedarnos ahí. Fue bajo nuestra responsabilidad claro, y si llovía, íbamos a empaparnos, pero nos daba igual. Creo que disfrutamos de este tramo del viaje como niños.

El barco iba a unos 80 kilómetros por hora, la mar volvía a estar picada y dimos más de un brinco, pero lo pasamos tan bien... Como dijo Jon, fue como estar metido en la atracción de La Olla durante una hora. Pero fue divertido y creo que al guía también le pareció entretenido vernos así, riéndonos de la situación y disfrutando del paisaje que teníamos ante nosotros.

Así estamos disfrutando de la tranquilidad del sur de Tailandia. De aquí volaremos hacia Bangkok para conocer la caótica capital tailandesa y también ir a otros sitios conocidos de la zona.

Hasta entonces y como siempre... gracias por tu apoyo :-).