Incluso a él, que había sido entrenado para poder entender sus emociones, para escucharlas, mimarlas y guiarlas, aquel torrente que fluía incesante en su interior le resultaba abrumador.
En Jatte no se consideraba completada la educación hasta que el guardián no era capaz de manejar sus emociones en su propio beneficio y en el de los que le rodeaban. Decían las viejas historias de la Isla que en el corazón residía la felicidad y que era deber de tod@ jatteñ@ saber escucharle y hablarle.
Estela tenía todo el potencial, de haber sido de otro modo la marca nunca habría aparecido en su pecho. Pero procedía del mundo exterior, donde los miedos eran los amos y señores y marcaban con man firme los límites y había tantos....
Él nunca había sido un buen maestro pero estaba dispuesto a serlo para Estela, para su estrella, para su luz
Cuando iba a salir la puerta de la habitación de la planta superior se abrió y una Estela con el pelo mojado de la reciente ducha y unos ajustados vaqueros hizo su aparición.
-Sir Thomas!
Él se volvió e inmediatamente se olvidó de todo.
-Estela! deberías descansar-tragó saliva, su belleza le abrumaba
-No, he visto algo-dijo ella
-A qué te refieres?
Estela señaló hacia el gran ventanal al fondo de la primera planta...la fantasmagórica visión de barcos de guerra se perfilaba por momentos
Sir Thomas se revolvió incómodo. Se acercaban...
To be continued....
Rosemunde Lovelace