Sin embargo, le notaba distraído en los últimos tiempos. Sus visitas a Palacio eran cada vez más frecuentes y siempre regresaba con un cierto aire de melancolía que ni el ambiente de camaradería y buen humor que reinaba en el Pabellón de los Guardianes lograba disipar. Como esa niebla pertinaz que se empeña en quedarse prendida a jirones en las montañas.
Henry intuía que esa tristeza intermitente tenía todo que ver con el amor. Y lo sabía porque él mismo sufría los mismos síntomas.
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Thomas iba a su lado y le miró sonriendo
-Son únicas, verdad?
-Son luz y a mi no me gusta la oscuridad, amigo mío- le respondió apoyando la mano en el hombro de Sir Thomas y dejando ver sus labios perfectos. Thomas asintió
Desde la orilla Angie vió acercarse la barca que Orzuk había enviado para recoger a la Reina e hizo ademán de adelantarse. Lady Star la detuvo con un gesto enérgico y cariñoso.
-Todo a su debido tiempo, niña
No podía dejar de pensar en lo que podría pasar, en los acontecimientos venideros, en su futuro, en Henry...siempre en Henry...
To be continued...
Rosemunde Lovelace