-Pierce?
-Mária!!! cuánto tiempo!! me has echado de menos?
Lady Mária oyó la risa al otro lado del teléfono e hizo un mohin, fingiendo un enfado que no sentía en absoluto le contestó
-Para nada querido, y a juzgar por tus constantes whassaps parece que ha sido más bien al contrario
-Jajaja, touché. Pero dime, qué te ha hecho abandonar tu recóndito refugio en esa islita de juguete para llamarme?
-Recóndito??Islita de juguete????- lady Mária era un mujer de carácter- que sepas que esto no es un refugio, presunto individuo cosmopolita, esto es un Reino!!!!
-Jajaja, me encanta....no recordaba lo divertida que eras, my lady. Definitivamente creo que necesito unos días en una encantadora Isla como la de Jatte y con una encantadora dama de anfitriona como tú. Llegaré en cualquier momento
-Pe...pe...pero!!
Sin tiempo para añadir nada, Pierce, agente secreto de su otra majestad...la de los sombreritos simpaticones, había zanjado el asunto y tomado las riendas.
Lady Mária no sabía si sentirse aliviada o contrariada, le gustaba que las riendas permanecieran a su vera y con Pierce todo era tan impredecible......Se sentó un momento en el porche de su cottage...a veces no era tan incómodo perder el control de la situación....de hecho podía recordar con toda claridad la última vez que había ocurrido tras unos cuantos martinis de sidra mezclados...no agitados. Sí, podía sentir la brisa cálida y verse a sí misma con aquella favorecedora flor en el pelo. Podía escuchar la música sonando y las manos de Pierce firmes y delicadas en su espalda y bajando.....Su boca, tan cerca de su oreja, rozándola apenas
Se recreó recordando la expectación que había causado su llegada a aquella fiesta en la playa y cómo se habían escabullido en mitad de ella.
Se estremeció cuando pudo ver sus ojos a la mañana siguiente, sentado enfrente de la cama y observándola con una media sonrisa
Sintió de nuevo su cercanía ayudándola con la cremallera del vestido
Volvió a tener la boca seca, como en aquel momento.....Se levantó para entrar a por agua, en ese instante pudo ver a alguien acercarse bien acompañado por el camino que cruzaba del jardin....sólo podía ser él
Rosemunde Lovelace