Hola! Soy una fanática de los sabores diferentes y las mezclas raras, de combinar dulce con salado, y si se trata además de chocolates y caramelos entonces me vuelvo loca jejeje
He probado muchas veces a hacer caramelo en casa, pero siempre me ha quedado fatal, o duro como una roca, o tan pegajoso que se quedaban las muelas pegadas!
Sin embargo, he seguido esta receta del The New York Times y tengo que admitir que me han quedado unos caramelos fabulosos, perfectamente masticables, y que casan a la perfección la sal, la crema, la mantequilla y el azúcar. El secreto, la fleur de sel; una sal fina y delicada en escamas. En Garnish with Lemon, también tenéis una buena receta.
Ingredientes:
Aceite para engrasar el molde de horno
1 ½ taza de crema de leche, preferentemente no ultrapasteurizada
¼ taza de agua
2 tazas de azúcar
4 cucharadas de mantequilla sin sal
Una cucharadita de sal de fleur de sel (en su defecto, también podemos utilizar la sal Maldon)
1 ½ cucharadita de extracto de vainilla
Instrucciones:
1. En una cacerola amplia o sartén profunda, ponemos en ella el agua y el azúcar y mezclamos calentando a fuego medio-bajo. Revolvemos ocasionalmente, hasta que el azúcar se disuelva. Pero, como el caramelo corre el peligro de quemarse con bastante facilidad, os recomiendo mover la sartén o cacelora en lugar de remover la mezcla con una cuchara de madera.
2. Cuando el color de la mezcla obtenida es beige oscuro y tiene una temperatura de 133 grados (lo medimos con un termómetro de cocina), ya tenemos la masa de caramelo.
3. Mientras tanto, en otra cacerola pequeña ponemos la mantequilla, la crema, y la cucharadita de sal fleur de sel, y lo mezclamos todo a fuego lento. Una vez esté todo unido, lo apartamos del fuego y reservamos.
4. Si no podemos hacer los caramelos ahora, los podemos dejar en la nevera hasta que tengamos más tiempo (aguanta varias semanas!). Cuando los saqemos de la nevera, hay que calentar la masa en un microondas o con agua caliente para que se ablande.
5. Si hemos decidido hacer los caramelos ahora, añadimos la mezcla de la mantequilla y crema a la masa de caramelo y lo seguimos calentando y revolviendo hasta que la mezcla se vuelve aún más oscura, casi marrón, y tiene una temperatura de 118 grados. De todos modos, sabremos que ya está listo cuando si cogemos un poco de la masa y lo dejamos caer en un vaso de agua fría, se forma una bola firme.
6. Añadimos ahora la vainilla poquito a poco y dejamos enfriar. Se formará un bloque y lo retiramos de la sartén o cacelora, metiéndolo un rato en la nevera. Lo vamos a colocar en una bandeja o molde de hornear (a ser posible cuadrado o rectangular) al que hemos puesto un papel de horno, que nos permita doblarlo por los dos lados. Y con un pincel, lo untamos de aceite por el interior. Una vez en la nevera, no debe estar mucho tiempo. Lo que necesitamos es una mezcla lo suficientemente fría para que no quede demasiado pegajosa, pero no demasiado fría para que no quede muy dura. Debe estar en el estado adecuado para para cortar y envolver fácilmente.
7. Utilizamos un cuchillo afilado para cortar el caramelo en trozos (nos saldrán unos 50); luego envolvemos cada cuadrado en papel encerado o con una envoltura de plástico. Y se mantienen durante semanas, especialmente si los guardamos en la nevera aunque es mejor comerlos frescos ya temperatura ambiente.
Nota: Os recomiendo espolvorear un poquito de sal fleur de sel por encima. Deliciosos!!
Hasta mañana
Imágenes vía Pinterest