Carne de vacuno como parte de una dieta equilibrada

Por Rocío

Tener unos buenos hábitos alimentarios es uno de los factores junto a la actividad física y el estilo de vida, que nos garantizan tener un buen estado de salud. 

En una dieta sana y equilibrada, según las recomendaciones de la mayoría de nutricionistas, se debe incluir todos los grupos de alimentos y entre ellos no debemos olvidar la carne de vacuno.
Son muchos los beneficios de la carne de vacuno, ya que su contenido en proteínas de alto valor biológico es óptimo para nuestra salud y la de nuestra familia.  
 Estas proteínas contienen la mayoría de los aminoácidos esenciales necesarios para funciones cognitivas, reparación y formación de tejidos . 


La Sociedad Española de Pediatría y Atención Primaria, afirma que la ingesta de carne es necesaria para el desarrollo correcto del niño. 
A los niños desde pequeños hay que enseñarles los buenos hábitos de alimentación y para ello los padres debemos conocer los beneficios que este tipo de dieta aporta a la salud de nuestros hijos.
 En la edad adulta, la carne de vacuno sigue formando parte de la dieta equilibrada, contribuyendo a alcanzar niveles adecuados de proteínas, hierro, zinc, vitamina B12 y folatos. Conviene saber que con solo 100 gramos de carne de vacuno, cubrimos el 48 % de la cantidad diaria recomendada de proteínas. 
Sin embargo, hay etapas de la vida en que la ingesta de proteínas, minerales y vitaminas puede llegar a ser deficiente. En la gestación y la lactancia la alimentación de la mujer debe cubrir sus propios requerimientos de nutrientes y energía, para poder garantizar la formación de los nuevos tejidos, la formación del feto, la placenta y la consiguiente producción de leche tras el nacimiento del bebé. 
La carne de vacuno puede contribuir durante esta etapa al aporte tan necesario de cantidades adecuadas de proteínas, hierro y zinc. Para ello, se deberán elegir los cortes magros, como el solomillo o el lomo bajo y someterlos a un alto grado de cocinado para evitar la transmisión de ciertos gérmenes.
Al igual que en edades tempranas, los ancianos son una población especialmente vulnerable. A los problemas de masticación y deglución hay que sumar las dificultades para la absorción de determinados nutrientes, que necesitan de un mayor gasto energético para su asimilación óptima. 
La carne de vacuno ayuda a mejorar la salud en esta edad, pues como he explicado anteriormente, las proteínas de alto valor biológico son esenciales para el funcionamiento cognitivo, evitando el deterioro de las células neuronales y enfermedades como la demencia o el Alzheimer. 
Por lo general, se tiende a relacionar las carnes rojas con un mayor contenido en grasas. Sin embargo, el aporte de grasas saturadas es óptimo para la formación celular y permite la absorción de las vitaminas liposolubles, como la vitamina A, D, E y K.Dentro de los diferentes cortes de carne de vacuno hay algunas partes con menor cantidad grasa, de textura blanda y no fibrosas, que niños y ancianos asimilan mejor por que son fáciles de masticar y deglutir. Es el caso del solomillo, la tapa, la aleta, la contra y el morcillo.Por tanto es importante incluir en nuestra dieta  la carne de vacuno y combinarla con fruta, verduras y legumbres. En definitiva la Dieta Mediterránea está considerada la dieta primordial para tener una vida sana y prevenir enfermedades degenerativas.