Carotenoides vs osteoporosis, cáncer y degeneración

Por Anahigemma @anahigemma

El riesgo de sufrir una fractura por osteoporosis en una mujer a lo largo de su vida es del 30-40%, frente al riesgo de un hombre que se aproxima al 14%. (según los resultados del estudio Framingham de Osteoporosis, con 4 años de seguimiento a 213 hombres y 390 mujeres mayores de 75 años), pero... ahí viene la parte positiva: su prevención se podría atribuir gracias a los carotenoides.

Los carotenoides son pigmentos orgánicos que se encuentran de forma natural en plantas y otros organismos fotosintéticos como algas, algunas clases de hongos y bacterias. Se conoce la existencia de más de 700 compuestos pertenecientes a este grupo, especialmente al licopeno, un efecto protector frente a la pérdida de masa ósea en ancianos, lo que explicaría el efecto beneficioso de las frutas y verduras sobre la densidad mineral ósea, ya que éstas son ricas en carotenoides. Pero eso no es todo:

Los investigadores postulan que el efecto protector de los carotenoides se basa en su efecto antioxidante, dado que los estudios previos han asociado el estrés oxidativo con un aumento de la destrucción del hueso (resorción ósea), aunque todavía es necesaria una más base científica valorar estas asociaciones en otros grupos de población (las cosas como son).

Entre los carotenoides más conocidos destacan el betacaroteno, un pigmento vegetal de color muy vivo, amarillento y rojizo, (presente en zanahorias, melocotones, pimientos, y melón, entre otros), que actúa antioxidantes en el organismo.

Otro carotenoide menos conocid o, pero que poco a poco va tomando más fuerza, gracias a sus beneficios para la salud, es la astaxantina, un pigmento de color rojo producido principalmente por la microalga Haematococcus pluviales.

Ni los seres humanos, ni los animales podemos sintetizarla por nosotros mismos, por lo que para debe ser ingerida a través de los alimentos o mediante un suplemento nutricional adecuado (ahí no todos valen).

A no ser que comáis muchísimas algas de color rojizo, además de marisco (cáscaras incluidas), es muy difícil que a través de la alimentación la cantidad de astaxantina que llegue a la sangre sea la suficiente como para notar sus efectos saludables.

Ha demostrado ser, al menos 10 veces más potente que otros carotenoides, tales como la cantaxantina, el betacaroteno, la luteína, el licopeno o la zaeantina. Cuando se comparó con el alfa tocoferol, (vitamina E), la potencia de la astaxantina como antioxidante se demostró de 80 a 550 veces mayor. Ahí queda eso.

El licopeno es otro de los carotenoides más populares (por decirlo de alguna manera) gracias al tomate, un alimento rico en vitamina C y carotenos (pro vitamina A). Posee minerales como: hierro, fósforo, calcio, magnesio, zinc, cobre, potasio y sodio. Por todo ello, es un conocido por su aporte mineral y desintoxicante, ayudando a eliminar el ácido úrico acumulado en el organismo gracias a su efecto diurético. Otros alimentos ricos en licopeno son: sandía, pomelo rojo, caqui y otras frutas de color rojo intenso.

Este también se asocia con la protección frente al cáncer de pulmón, próstata y tubo digestivo, así como frente a la degeneración macular, (principal causa de ceguera en la gente mayor).

Pero ¡ojo! el licopeno del tomate se libera sobre todo al cocinarse y en menor cantidad cuando se come en crudo. Por esta razón, quien practica la cocina mediterránea, en donde abundan las salsas de tomate y los sofritos que llevan también una base de tomate se está asegurando un mejor aprovechamiento del licopeno.

Besos desde mi blog!!

Fuente: Sahni y cols. Inverse asociación of caretonoid intakes with 4-change in bone mineral density in elder men and women: the Framingham Osteoporosis Study. Am J. Clin Nutr 2009; 89(1) 416-24