No soy cocinera, sinceramente nunca lo he sido, quienes me conocen saben que hasta hace unos cuantos años, entraba en contadas ocasiones en Mi cocina para realizar tan dura tarea; lo mío en definitiva, aparte de ser madre, era mi labor profesional lo que durante más de treinta años absorbía toda mi energía y prácticamente la mayor parte de mi tiempo.
Tiempo….”el tiempo”, horas, minutos, segundos….marcaron mi vida desde aquel lejano año, 1971.
En vez de recetas, ingredientes, técnicas de cocción, etc.….mi vocabulario diario, y mis pensamientos rutinarios eran bien diferentes a los que uso ahora en el blog: tija, corona, pasador, esfera, cuarzo, automático, bisel, analógico, miyota, acero, chapado, flash, army, material plv, spot, expositor, publicidad, facturación, clientes, proveedores, viajes.. ése era, muy someramente, el argot que utilizaba en mi lenguaje a diario.
No era ni de recetas, ni de ingredientes de cocina de lo que yo escribía….eran los relojes la maquinaria que movían los motores de mis conversaciones: aquellos magnificas marcas para marcar (y valga la redundancia) las horas:Rhythmn, Isuzu, Suzuki, Pierre Cardin, Citizen, Xernus….pero sobre todo “Orient”.
Los relojes Orient….aquellos relojes japoneses, los primeros relojes automáticos de acero, que casi sin darme cuenta comenzaron a ser parte de mi vida…..y sin querer, aún no puedo romper ése “cordón” que me une a ellos.
Sí, soy Toñi Sánchez de Orient….así me llamaban, así me conocían…..e igual a pesar del tiempo, habrá personas que lean éstas líneas y aún, con ése nombre tan “oriental”es como me reconozcan. Durante años, durante muchos, muchos años, yo no hablaba de cocina, hablaba de cómo medir las horas.
No soy cocinera pero cocino ( pensándolo fríamente: qué remedio nos queda a las amas de casa), me gusta y siempre fue un motivo de placer, cocinar para los míos y ello lo reflejo en éste blog….en él no hablo de relojes, aunque tampoco la gastronomía es el centro de mi lenguaje….es la vida, mi familia, mi día a día, aunque también lo que he vivido, mis recuerdos, mis viajes, mis increíbles y maravillosas experiencias vivencias….un pasado, un presente, un futuro siendo quien soy, sencillamente un ama de casa que comparte uno de los placeres de la vida, la gastronomía y recetas caseras, las de toda la vida y las que la vida me ha permitido aprender e incorporar a Mi cocina.Como éstas deliciosas, tiernas y exquisitas carrilladas....
¿Cómo hacerlas?
Ingredientes: Tres cuartos de kilo de carrilladas de cerdo (o carrilleras como prefieran llamarlas.En ésta ocasión, muy pequeñas, jugosas y deliciosas. Suelo encontrarla en el malagueño mercado de Huelin), una cebolla, dos o tres dientes de ajo, una docena de almendras (con piel), dos hojas de laurel, cinco o seis granos de pimienta negra, aceite de oliva virgen extra, medio vaso de vino tinto, medio vaso de vino blanco, un vaso de caldo de carne, un trozo de pan y sal.
En una cacerola con un chorreón de aceite de oliva virgen extra (adoro el aceite malagueño, sin filtrar) y dorar en ella las carrilladas de cerdo (enteras), rehogándolas hasta que estén doraditas.Sacarlas y reservarlas.
En el mismo aceite pochar a fuego lento una cebolla blanca y dos o tres dientes de ajos cortados en trozos pequeños, antes de que lleguen a dorar echar las almendras, cuando estén doraditas (cuidado de que no se quemen ya que amargarían) volver a incorporar la carne a la cacerola.
Agregar medio vaso de vino tinto (usé un Ribera del Duero), medio de blanco (usé un Montilla Moriles) y un vaso de caldo de carne (usé caldo del puchero) de forma que quede totalmente cubierta la carne.
Llevar a ebullición y dejar cocer durante veinte minutos aproximadamente (en ésta ocasión las carrilleras eran pequeñas y sumamente tiernas, por lo que no necesitó mucha cochura).
Sacar la carne y pasar la salsa por la minipimer, de forma que quede bien fina.
Si desean “engordar” la salsa, frían un trozo de pan en aceite de oliva e incorporarlos a la hora de pasarla por la minipimer.
Volver a incorporar la carne, unos granos de pìmienta negra y dos hojas de laurel y dejar reducir durante unos diez minutos más.
Si es necesario añadir liquido, agregar un poco de agua caliente o bien de caldo.
He acompañado la carne con patatas fritas y huevo frito (con puntillitas crujientes)…..
Año 1985, mi primer viaje a Japón, a la fábrica y oficinas centrales de los relojes “Orient” . Eligiendo modelos y realizando el pedido anual….