Yendo hacía Las cuatro esquinas habíamos visto otro local con aspecto reformado y buena carta. Con algo en ella que, estando en La Rioja, no podíamos dejar escapar: chuletón. Así que allí entramos. Como era pronto nos dieron mesa pero al poco se llenó por lo que conviene reservar. Es un local modernizado que escondía dentro una casa de comidas clásica, de casi un siglo de vida y con cocina y servicio familiar. Muy familiar. Era como comer en casa de tu tía y, además, está tu prima, todos atentísimos y agradables pero se tomaban el servicio con una tranquilidad pasmosa.
La cocina: casera. Centrada en el producto y en la materia prima. Nada de florituras. Solo comida tradicional y de la zona. Para cuatro pedimos:
- Pochas: como no pedir un plato tan Riojano como este. Por seis euros nada más.
- Habitas y guisantes (9€) Un plato de verduras de la zona ya que habíamos leído que aquí preparaban la verdura perfectamente. Estaba muy bueno pero nos equivocamos en la elección ya que la estrella del local es la menestra.
- Chuletón (36€): chuleta guikar, muy buena. Parece que ha ganado varios premios y la verdad es que estaba de vicio pero las hemos comido mejores.
Todo, sin postre, con copa de vino, un refresco, un agua, café y pan (espectacular por cierto) por 67,60€